100 de YPF

Mosconi y Baldrich trabajaron por la nacionalización de los hidrocarburos. Con el decreto de Hipólito Yrigoyen el 3 de junio de 1922 nace la Dirección General de Yacimientos Petrolíferos Fiscales. No sólo se buscó por aquellos años el autoabastecimiento, se entendió también que la energía en manos del Estado significa soberanía nacional. Con la última dictadura cívico-militar se inició un proceso de desmantelamiento y endeudamiento que coronó menem con la venta de la empresa. La presidente Cristina Fernández de Kirchner recuperó para el país el 51% del paquete accionario de YPF en 2012.

        A fines del siglo 19, el gobierno argentino mandó a realizar exploraciones en busca de carbón y petróleo con el objetivo de sustituir las importaciones de carbón del reino Unido. Fue así que, en 1907, se descubrió petróleo en Comodoro Rivadavia.

        Se dice que, tiempo después, el general Mosconi le sugirió al presidente Hipólito Yrigoyen la creación de una empresa petrolera a partir de un conflicto que tuvo con una empresa norteamericana que le negó combustible para los aviones nacionales. Entonces, el 3 de junio de 1922, Hipólito Yrigoyen firmó el decreto de creación de la Dirección General de Yacimientos Petrolíferos Fiscales. En octubre del mismo año, Enrique Mosconi fue nombrado Director de YPF.

        Al empuje, entonces, del general Enrique Mosconi y del general Alonso Baldrich se debe la creación no sólo de la primera petrolera estatal de occidente, sino de la primera petrolera integrada verticalmente en todo el mundo, excluyendo a la URSS.

        Ambos generales lucharon contra empresas extranjeras (Royal Dutch, de los ingleses, y la Standard Oil, de USA) que pujaban por quedarse con los pozos petroleros argentinos. Durante años militaron un objetivo: la nacionalización del petróleo.

        En uno de sus escritos, Baldrich sostuvo: “La industria petrolera estatal resulta esencial para promover el desarrollo industrial argentino, prevenir el dominio extranjero sobre el petróleo del país y garantizar la seguridad militar nacional”.

        En 1928, por fin la Cámara de Diputados aprobó el proyecto de Ley de Nacionalización y Monopolio del Petróleo; en el Senado, con mayoría conservadora, la ley quedó cajoneada.

        Las elecciones legislativas de 1930 hubiesen dado al yrigoyenismo la posibilidad de aumentar 6 bancas en Senadores y así aprobar la ley de petróleo. Por esto, el 6 de septiembre de 1930, los militares aliados a las compañías extranjeras y los conservadores traidores dieron un golpe de Estado.

        El general Mosconi renunció a su cargo de director de YPF ya que no aceptó ser parte de un gobierno golpista. Dos años después, reiteró: “El país reclama una ley que garantice al pueblo argentino el usufructo total de los beneficios derivados de las explotaciones petrolíferas”.

        Bajo la dirección de Mosconi, YPF duplicó la producción de crudo. En 1925, inauguró la destilería de La Plata que inmediatamente produjo nafta, kerosen, fuel-oil y nafta de aviación. En 1928 comenzó la exploración en Salta y gracias a su trabajo, en 1933, se descubrió el pozo Tranquitas. En 1929 rebajó el precio de la nafta en dos oportunidades.

        Durante la década infame se produjo un estancamiento de la empresa.

        Con la llegada de Juan Domingo Perón al gobierno, se retomó el impulso del monopolio estatal de YPF; en el art. 40 de la Constitución de 1949, se estableció “la propiedad inalienable e imprescriptible de la Nación” respecto de los yacimientos de petróleo, gas, carbón y demás fuentes naturales de energía. Aunque muchos esperaban la nacionalización de las empresas extranjeras, eso no se produjo y dada la crisis en la balanza comercial, en 1955 Perón firmó contrato con una empresa de USA para la exploración petrolera, en busca del ansiado autoabastecimiento.

        En el invierno de 1958, el presidente Arturo Frondizi anunció “la batalla del petróleo” con el objetivo del autoabastecimiento. Frondizi firmó 13 contratos con empresas extranjeras que explotaron pozos explorados durante años por YPF. El presidente desarrollista fue derrocado por otro golpe de Estado y muchos argentinos siguieron esperando la estatización total del petróleo.

        La última dictadura cívico-militar inició el endeudamiento y desmantelamiento de la empresa, lo que provocó que durante el gobierno de Raúl Alfonsín las reservas de petróleo disminuyeran.

        Con la Ley de Reforma del Estado sancionada por menem se inició el camino del saqueo de todas las empresas del Estado. Al presidente riojano se le ocurrió transformar YPF en una sociedad anónima y, encima, los yacimientos de hidrocarburos se transfirieron a las provincias a partir de la Constitución del 94.

        En 1999 la empresa fue comprada por Repsol que sobre explotó los yacimientos y no realizó trabajos de exploración. Esto provocó una caída de reservas hidrocarburíferas tal (54% en petróleo, 97% en gas) que, de no procederse a su expropiación, el país se hubiera visto seriamente comprometido no sólo en su desarrollo productivo, sino también en el abastecimiento doméstico de energía. El 16 de abril de 2012, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner envió al Congreso Nacional un proyecto de ley para la expropiación del 51% de las acciones de Repsol, además de disponer la intervención de Repsol y declarar de interés público nacional la exploración de hidrocarburos.

        Si la estatización del 51% del paquete accionario de YPF en 2012 produjo una progresiva recomposición de sus niveles de producción, la pérdida de centralidad en la política hidrocarburífera a partir de 2016, es decir a partir del gobierno de mauricio macri, nuevamente determinó una contracción en inversión y por lo tanto en la oferta de gas y petróleo, es decir que se generó otro proceso de achicamiento, favoreciendo a las empresas extrajeras en la explotación y comercialización.

        En su origen, YPF no sólo significó la explotación de petróleo, fue también la construcción de barrios para los obreros y escuelas para sus hijos, el cuidado de la salud y la recreación, la apertura de caminos, la comunicación con parajes apartados, es decir una empresa con sentido social que aseguró al pueblo argentino la posesión de un recurso estratégico no renovable. A 100 años de su creación, un recuerdo para los hombres que advirtieron que la energía en manos del Estado es un recurso imprescindible para la soberanía nacional.

Por Mónica Carinchi

Deja una respuesta