Recorrido hacia la obtención de un derecho fundamental: El voto femenino

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La ley Sáenz Peña estableció el voto obligatorio y secreto, exclusivo para los hombres. Recién en 1947, las mujeres lograron la ley 13.010 que, por fin, les permitió ejercer el derecho cívico al voto. Pudieron elegir y ser elegidas por primera vez el 11 de noviembre de 1951.

Cuando en la escuela se destaca que la Ley Sáenz Peña estableció el voto obligatorio, universal y secreto, la mayoría de los docentes no aclara que, en 1912, la universalidad se refería exclusivamente al mundo masculino. Más aún, en las escuelas no se enseña que el Código Civil argentino -sancionado en 1869- significó colocar a la mujer en una situación de inferioridad jurídica -respecto de los hombres, por supuesto- ya que, entre otras cosas, no podía disponer de sus bienes ni ejercer potestad sobre sus hijos.

No fue causa de la magia que este desparejo posicionamiento civil se modificara. Julieta Lantieri, Cecilia Grierson, Alicia Moreau, Sara Justo, Elvira Rawson militaron para que las mujeres ejercieran los mismos derechos que los hombres. Si bien se fueron haciendo modificaciones parciales en el Código Civil, la ley que hoy nos ocupa especialmente -el derecho al voto de la mujer- tuvo que esperar hasta 1947 para su aprobación.

Ahora sí universal

Desde inicios del siglo 20 hasta 1947 se presentaron casi 30 proyectos de voto femenino. Fue finalmente el del senador mendocino por la Unión Cívica Radical, Lorenzo Soler, el promulgado el 23 de septiembre de 1947, bajo el número 13.010.

El impulso definitivo para que este logro se concretara fue dado por Eva Duarte de Perón, quien encolumnó a las mujeres del pueblo que, hasta ese momento, no habían sido representadas por las organizaciones feministas. Cuando Juan Domingo Perón promulgó la ley 13.010, Evita dijo: “El voto que hemos conquistado es una herramienta nueva en nuestras manos, pero nuestras manos no son nuevas en las luchas, en el trabajo ni en el milagro de la creación”.

La nueva ley de voto femenino estableció también el empadronamiento de las mujeres, lo que permitió que obtuvieran la Libreta Cívica, ya que hasta entonces su único documento era la partida de nacimiento. Se creó, por lo tanto, el Registro Nacional de las Personas que reemplazó al denominado Padrón Electoral elaborado por comisiones empadronadoras, uno de los mecanismos fraudulentos que mantuvo en el poder hasta 1943 a la oligarquía vacuna.

Alrededor de 3.500.000 de mujeres votaron por primera vez el 11 de noviembre de 1951. Si esas mujeres protagonizaron un hito histórico por la ampliación de sus derechos, en el noviembre de 2023, pueden decidir entre democracia o fascismo.

Por Mónica Carinchi

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