El uso de la bicicleta como medio de transporte urbano en Europa

Transporte público en Europa. El estado y la gestión de los distintos medios de transporte público es uno de los temas urbanísticos y sociales más candentes en nuestro país. En Europa, las problemáticas son diferentes y están más vinculadas a los efectos negativos que genera el sistema de transporte sobre el medio ambiente, a los accidentes y a la congestión en las grandes ciudades. Por este motivo, en más de cien ciudades, se viene promoviendo el uso de la bicicleta con el fin de reducir el tráfico y agilizar la movilidad urbana.

 

En los países que conforman la Unión Europea (UE), más del 60 % de la población vive en el medio urbano. En las zonas urbanas se genera casi el 85 % del Producto Interior Bruto de la UE y las ciudades constituyen el motor de la economía europea, atraen inversiones y generan empleo. Por este motivo, la movilidad de la población en el transporte es uno de los campos de acción prioritario para mejorar las condiciones ambientales en las ciudades.

Uno de los problemas más comunes en Europa es el aumento del tráfico en los centros de las ciudades lo cual provoca una congestión crónica, con numerosas consecuencias negativas por la pérdida de tiempo y los daños al medio ambiente. Debido a esta situación, se calcula que la economía europea pierde cada año unos cien mil millones de euros, lo que representa un 1 % del PIB de la UE[1].

Por otro lado, la contaminación atmosférica y el ruido son otros factores preocupantes. Según un informe del Ministerio de Fomento de España de 2010, la circulación urbana es la causa del 40 % de las emisiones de CO2 y del 70 % de las emisiones de otros contaminantes procedentes del transporte por carretera. Asimismo el número de accidentes de tráfico en las ciudades también aumenta cada año. En 2010, un accidente mortal de cada tres ocurría en zonas urbanas y los más vulnerables eran los peatones y los ciclistas.

En Europa, existe el Libro Verde de la Comisión de las Comunidades Europeas, aprobado en el 2007, que se titula “Hacia una nueva cultura de la movilidad urbana” y que tiene por finalidad impulsar un debate en torno a las cuestiones clave que plantea la movilidad urbana. Ciudades más verdes con un tráfico fluido, una movilidad urbana más inteligente y un transporte urbano accesible y seguro para todos los ciudadanos europeos, son algunas de las cuestiones que se plantean. Otro punto que se considera primordial en el Libro Verde es el cumplimiento de las normativas europeas de control de las emisiones de gases de efecto invernadero. El aspecto medioambiental del sistema de transporte es muy considerado.

 

Dejar el automóvil y andar en bicicleta

La congestión en las ciudades europeas no se considera que deba resolverse con el aumento de la capacidad y de creación de nuevas vías, sino que las políticas tienden a desalentar el uso de los automóviles privados y a promover la marcha a pie, la bicicleta, el transporte colectivo, vehículos de alta ocupación o el uso de motocicletas y ciclomotores.

Para mejorar el atractivo y la seguridad de la marcha a pie y en bicicleta, se busca que estos modos se integren plenamente en las políticas de movilidad urbana. También se promueve que las distintas modalidades de transporte público sean más accesibles y eficientes (interconexión entre distintas redes de transporte, integración de horarios, tarifas, y mejora continua de la calidad del servicio) para que alienten a los ciudadanos a depender menos del auto y a utilizar más el transporte público, a pasear y utilizar la bicicleta con más frecuencia, y considerar otras formas de movilidad como los vehículos multiusuarios y el uso compartido del auto o de la bicicleta. Otra opción es la “movilidad virtual”: teletrabajo, telecompra, etc.

Se calcula que en más de 100 ciudades europeas ya se han puesto en marcha sistemas de bicicletas compartidas (las que se alquilan) con el fin de disminuir el tráfico. Siendo un medio de transporte limpio, rápido, barato y sustentable, la bicicleta ha ido adquiriendo un rol cada vez más importante en la movilidad de muchas ciudades europeas. Quien visita Londres, Barcelona, Amsterdam, Paris o Berlín no puede dejar de advertir el importante uso que se le da a la bicicleta. Hay vías especialmente señalizadas, espacios de aparcamiento, sistemas de alquiler incluso para turistas, y se puede ver a personas de distintas edades y de distintas ocupaciones pedaleando por el medio de la ciudad. Incluso los semáforos no sólo tienen la figura del peatón sino también de la bicicleta.

En Londres, se distribuyen mapas con los circuitos adecuados que pueden tomar los ciclistas y se observa que el uso de la bicicleta ha ido aumentando con el paso de los años. En Paris, existe un esquema que rige la red de pistas ciclistas con el objetivo de reducir el tráfico automovilístico. Se calcula que diariamente se desplazan en bicicleta unas 40 mil personas, aumentando los fines de semana. La ciudad cuenta con 300 km. de pistas, más los 70 km. de los carriles del bus que también se pueden usar, y existe un sistema de alquiler de las bicis.

En Amsterdam, se calcula que el 75% de la población posee una bicicleta y que el 50% la usa en forma diaria. La ciudad dispone de un mapa con la red de carriles para las bicicletas y también hay sistemas de alquiler. Amsterdam es una de las ciudades en las que los ciclistas son más atrevidos por la velocidad que toman en el cruce de los canales. Berlín es una de las ciudades con más trayectoria en el uso de la bicicleta como transporte urbano. Cuenta con una red de 620 km. de vías ciclistas y se prevé un aumento de la misma. También hay sistemas de alquiler.

En Barcelona, desde marzo de 2007 se implementa el sistema llamado “Bicing” que consiste en el pago de una tarifa anual de 35 Euros para el alquiler de bicicletas, donde los usuarios reciben una tarjeta magnética con la que pueden acceder a cualquiera de las 6000 bicicletas disponibles, repartidas en las 420 estaciones por la ciudad y con un máximo de 30 minutos de uso cada vez. La red de vías es de 240 km.

En nuestro país todavía hay muchos temas previos de debate antes de pensar en ciudades más ecológicas cuando todavía lo que está en juego es la calidad del servicio de transporte y la seguridad de los pasajeros.

 

[1] El transporte urbano y metropolitana en España-Ministerio de Fomento- Julio de 2010.



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