Tener un arma es tener un problema

Jornada de promoción de la no violencia. En San Fernando, el RENAR hizo una jornada de concientización sobre el riesgo de tener armas de fuego. Bajo el lema “Armas ni de juguete”, casi mil niños llevaron sus juguetes bélicos, los destruyeron y, a cambio, se llevaron juguetes que promueven valores de convivencia. El titular del RENAR, Matías Molle, encabezó la actividad y dialogó con este medio.

 

El sábado 30 de agosto, en la sede San Fernando de la Universidad Nacional de Luján, cientos de remeras con leyendas “Desarmá la violencia”, “Tenés un arma, tenés un problema”, “Cuando se lee poco, se dispara mucho”, “Persona libre de armas” corrían de un lado para otro, saltaban y jugaban. Eran pequeños niños que participaron de la Campaña “Armas ni de juguete”, organizada por el Registro Nacional de Armas (RENAR). Puede sonar extraño que los niños estén convocados por este organismo del Estado que tiene como objetivo registrar, controlar y fiscalizar el mercado legal de armas en Argentina, sin embargo su otra línea de trabajo es un programa de desarme voluntario, en cuyo marco hacen actividades de concientización y sensibilización sobre el riesgo de tener o usar armas de fuego. “Invitamos a los chicos a que traigan sus juguetes bélicos, los rompemos y a cambio se llevan otros que fomentan valores como el juego en equipo. Como los chicos vienen con los padres, también llegamos a los adultos y así tratamos de que haya una reflexión en familia sobre este tema”, explicó Matías Molle, Director Nacional del RENAR.

Niños llegados de todos los barrios de San Fernando disfrutaron de juegos organizados por estudiantes de la Universidad de Luján, mientras sus padres y madres pudieron hacer consultas en los móviles de ANSES, Acceso a la Justicia y AFSCA. Un camión de Aysa, ofreciendo agua, y otro del Ejército Argentino, que preparó chocolate, acompañaron esta jornada.

 

Arma = un problema

“Por ley, en Argentina no están prohibidas las armas de fuego, es decir que éste no es un país prohibicionista porque, a veces, prohibiendo se genera un monstruo más complicado, entonces lo mejor es regular. Pero nosotros creemos que tener un arma es tener un problema, por eso hacemos este tipo de actividades”, dijo Matías Molle, entrecortando sus palabras, ya que permanentemente se acercaban los vecinos a saludarlo.

Referentes de organizaciones sociales participaron de la actividad, comprometiéndose, de esta manera, con la cultura de la no violencia.

¿Dónde se hacen habitualmente estas actividades? – “En todos lados. En zonas vulnerables y también en el centro mismo de una ciudad. Hace poco estuvimos en Olavarría, en el Centro de Acceso a la Justicia. Se entregaron entre 50 y 60 armas por día. En estas campañas, lo importante es que los referentes locales trabajen previamente”.

El RENAR también va a las escuelas con el programa Desarmando Mitos/Construyendo Argumentos. “Uno de los mitos es la autodefensa. Nosotros mostramos estadísticas y explicamos que la mayoría de muertes por armas de fuego no son en ocasión de delito contra la propiedad, sólo dos de cada diez se dan en esta circunstancia; la mayoría de las muertes se dan por discusiones familiares, entre vecinos, por violencia de género. Por eso decimos que tener un arma es tener un problema”, insistió Matías.

El Plan Nacional de Entrega Voluntaria de Armas de Fuego, desde el 2007 a la fecha, lleva retiradas de circulación y destruidas, más de 160 mil armas. “Sabemos que el Plan tiene que generar mucha confianza, por eso, cuando vamos con el puesto móvil a una ciudad, lo dejamos un tiempo importante. Llevamos una prensa hidráulica para romper el arma frente a la persona, así verifica que no hay posibilidad de que el arma ingrese por otro circuito”.

La entrega del arma es voluntaria y anónima, “no se pregunta de dónde la sacó, si estaba registrada, si la usa. Puede ser que una señora haya quedado viuda y el marido tenía un arma, entonces, en lugar de tener que hacer un montón de trámites para devolverla, va al puesto, la entrega, no se le pregunta nada y, además, se lleva una compensación económica”.

Actualmente existen dos fábricas de armas y el 80% de lo que producen se exporta, pero “a mediados de los 90 llegaron a existir 50 fábricas y, además, había otras reglas para acceder a las armas, por eso la mayoría de lo que producían era para el mercado interno. Todavía están circulando esas armas, porque son un bien durable. Por eso nosotros queremos darle la oportunidad a la gente para que se deshaga de ellas”, aclaró el Director del RENAR.

En cuanto a las balas, Matías señaló que “se compran en lugares habilitados. RENAR tiene un sistema de control, que parte del conocimiento de quienes son usuarios de armas, porque para acceder a un arma, primero hay que transformarse en legítimo usuario, o sea cumplir ciertos requisitos. Recién ahí se puede comprar un arma y balas. Todas estas actividades son controladas y reguladas por un sistema informático que diseñamos en el 2012, por lo cual tenemos esa información en tiempo real. Todas las armerías están conectadas a la base del RENAR”.

Por último informó que se iniciará en San Fernando el programa Promotores del Desarme, financiado por Naciones Unidas. “Vamos a capacitar en mediación comunitaria para trabajar con los vecinos y encontrar soluciones colectivas a los problemas de violencia”.

Un arma es un instrumento de agresión y su presencia en el hogar pone en peligro a todos los integrantes de la familia. Sólo se puede contrarrestar esa amenaza a través de la promoción de la cultura de la no violencia.

 

Desde el 2000, Matías Molle vive en San Fernando y se considera un sanfernandino ya que sus 3 hijos nacieron allí. Como es común que recorra la ciudad, le preguntamos cómo la ve actualmente. “La veo desanimada”, fue su respuesta, “porque el actual oficialismo se está concentrando en cuestiones estéticas y, más allá de que a todos nos gusta tener una ciudad bonita, creo que se le sacó el cuerpo a la calle. Los que hacemos política tenemos que trabajar junto a los vecinos, a quienes veo desorientados, no saben a quién reclamar, con quién discutir. No hay foros vecinales para discutir temas de inseguridad, no hay información sobre lo que está pasando en el tema”. Matías aseguró que “la gente sabe lo que necesita y si se organiza, ese mensaje llega de mejor manera. Tenemos que aprender a escuchar eso. Las políticas no se piensan en un laboratorio, es al revés, la ciudad habla y los que hacemos política tenemos que escuchar y actuar en consecuencia”.

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