“Hay que brindar elementos a los chicos para que vuelvan a creer en la escuela”

Educación. Walter Villarruel es asesor de orden técnico de la Jefatura de la Región VI del Ministerio de Educación de la Provincia de Buenos Aires que tiene competencia en los partidos de Vicente López, San Isidro, San Fernando y Tigre. Además es el Director de la Escuela de Educación Secundaria Nº 22 del barrio Las Tunas, de Gral. Pacheco. Desde su experiencia y compromiso, Villarruel reflexiona en esta entrevista sobre la situación de la escuela pública y el contexto social, la violencia y la falta de esperanza en los adolescentes, el maltrato familiar, el ausentismo docente y de otras problemáticas que atraviesan la educación en la actualidad.

 

¿Qué tareas realiza la Jefatura de la Región VI? – “La Jefatura se encarga de llevar al territorio todas las políticas públicas (del gobierno) de la provincia de Buenos Aires y del Estado Nacional, y hace la coordinación con otras entidades que están en el territorio y que tienen contacto con Educación, por ejemplo con el Programa “Conectar Igualdad”, que se gestiona por medio de la ANSES y que coordina la entrega de netbooks y la conectividad en las escuelas; por medio del Área provincial de Políticas Socioeducativas se entregan ludotecas, aulas digitales, carros tecnológicos, y con el PROGRESAR (1), por medio de ANSES también nos entregaron las planillas para los chicos mayores de 18 años. Coordinamos todo lo que tiene que ver con las escuelas y lo hacemos también con las dos consejeras escolares del Frente para la Victoria: Marta Mezza y Magdalena Giogia”.

¿Qué tareas han realizado con las consejeras escolares? – “Se coordinó la entrega de mobiliario, las aulas digitales y también con las organizaciones políticas territoriales, se hicieron arreglos en las escuelas como pintura, cambio de vidrios, arreglo de las paredes y techos. Se refaccionaron 55 escuelas con el Programa “Ellas Hacen”, se pudo instalar en un barrio la oficina ambulante para la tramitación del DNI y se prevén cuatro o cinco lugares más del distrito en donde se hará el mismo trabajo. También vino el camión de las pensiones, vinieron a vacunar… Se coordinan trabajos territoriales para el beneficio de la gente”.

¿Además está a cargo de una escuela? – “Sí, soy Director de la Escuela Secundaria Nº 22, que está en el barrio Las Tunas. Un barrio que tiene 40 mil habitantes y que sufre el problema de la contaminación. El agua tiene arsénico, hay muchos caballos sueltos, perros sueltos, basura al aire libre. Falta más trabajo social con el chico de la calle para traerlo a la escuela o brindarle esperanza. Lo que le falta a los chicos es futuro. Ellos no tienen futuro. Están ahí y no saben para qué. Cuando nosotros éramos chicos, nos preguntaban ¿qué vas a hacer cuando seas grande? y uno decía: jugador de futbol, médico… Tenía objetivos de vida, pero ellos no tienen objetivos de vida, lamentablemente. Están cruzados por las drogas y por el maltrato familiar. Hay mucha violencia. Esa violencia los lleva a tomar decisiones drásticas. El año pasado tuvimos en el barrio casos de suicidios de adolescentes. Que se suicide un adolescente es porque no tiene esperanza de vida, o porque la pasa muy mal”.

¿Cuántos alumnos tiene en la escuela? – “550 alumnos, de primero a sexto año. Es un secundario completo, un bachillerato con orientación en ciencias sociales. Tenemos 5 primeros años y 2 sextos, lo cual habla de un desgranamiento: empezamos con 120 alumnos y terminamos en total con 40, 50. Es una población muy golondrina, los padres los van cambiando de escuelas, abandonan… La escuela sirve pero falta, los tenemos que ir a buscar. De todas formas, en la escuela se implementaron muchas cosas buenas”.

¿Cuáles son esas cosas buenas y cuáles son las falencias de la escuela pública? – “Una crítica fuerte para hacer es el ausentismo docente. Es una crítica externa, es una crítica interna, es una realidad. De esa no nos podemos escapar”.

¿Y cuáles son las causas? ¿Lo permite el sistema? ¿Los docentes están desbordados…? – “Creo que es un cúmulo de factores y el que la pasa mal es el chico que realmente necesita un docente preparado, no un docente que vaya y le tire una fotocopia. Necesitamos más capacitación docente para enfrentar adolescentes con dificultades, que son como todos los adolescentes, porque todos son iguales con más o menos dificultades. En este caso los adolescentes son de un barrio carenciado, con violencia, con drogas, con familias fragmentadas y además ausentes. Te encontrás con situaciones que son realmente extrañas, por ejemplo, un chico de 16 años pasa a ser un jefe de familia por una semana, no tiene padre y la madre trabaja cama adentro. Entonces ese chico de 16 años, que se porta mal en la escuela, tiene que hacerse cargo de su familia. Ahí entendés por qué se porta mal, y a ese chico le decís “está bien que te portes mal, es el único lugar en el que sos chico, porque en tu casa sos un adulto”. De este tipo de situaciones estamos llenos”.

 

“En un año hubo tres chicos de la escuela que denunciaron a sus familias”

La violencia es uno de los problemas más urgentes en las familias de los alumnos – “Hay muchísimos casos de violencia. Vienen chicos golpeados, y hemos hecho denuncias con el equipo orientador, y los mismos chicos hicieron denuncias. En un año hubo tres chicos de la escuela que denunciaron a sus familias. Uno denunció a su mamá y a su papá porque le pegaban con un cinto y con una maguera. Nosotros intervenimos en el caso, hablamos con una tía y con un abuelo y fuimos a Fortalecimiento Familiar y se buscó una familia sustituta, – esa familia, primero, tiene que ser de su propio entorno-, y se fue a vivir a Corrientes con el abuelo. Después hay otro que denunció a la mamá porque le pegaba con el padrastro y se fue a vivir con el papá. Hay políticas para resolver este tipo de situaciones, pero hay que enfrentarlas y muchas personas –autoridades – no quieren enfrentarlas. Por ahí no saben, no tienen compromiso, es un poco de todo… tal vez hay que ponerse un poco la camiseta…”.

¿Considera que en los últimos años han aumentado los niveles de violencia o han cambiado las características? – “Es más o menos la misma, porque a pesar de que los chicos han vuelto a la escuela, seguimos con un nivel de abandono que es el mismo. El hecho de que vengan a la escuela y les den un subsidio (la Asignación Universal por Hijo), ayuda en cuanto al número de alumnos que tenemos, pero ese chico no viene a la escuela para que le den un subsidio. Entonces desde la escuela hay que brindar elementos a los chicos para que vuelvan a creer en la escuela”.

¿Y cuáles son esos elementos? – “Como profesional, aceptar al chico como es, como viene, de donde viene. Entender al chico y ver cuál es su situación familiar y no verlo desde mi óptica sino desde la óptica del chico”.

¿Está preparada la escuela y los docentes para verlos desde otra óptica? – “Hay algunos que sí, y otros que no. Por eso yo insisto mucho en la capacitación docente y en la misma escuela, no que el docente se traslade a otro lugar para que lo capaciten, y que sea una capacitación permanente, donde realmente se enfrente el problema y se den las pautas para resolverlo, y después con la práctica ir mejorando, y también buscar soluciones entre los propios compañeros. Hay equipos importantes que son solidarios y quieren mucho a los chicos”.

¿Hay personal que estima a los chicos? – “Sí, tengo compañeros preceptores que aman a los chicos, el problema son los profesores que no vienen. Hoy me llama un papá y me dice ‘me parece que el año que viene lo voy a sacar a mi hijo de la escuela, porque son más las veces que no tiene clase, que las que tiene’. Eso es muy grave y lo estamos hablando con los directores y a todos les pasa lo mismo, y los chicos se quejan de eso. Cada curso tiene sus representantes y mediante el delegado y el subdelegado vienen a quejarse a la Dirección y plantean situaciones. Por ejemplo, me preguntan ‘¿por qué no tenemos teatro?’ y yo les digo ‘porque el profesor está con licencia’ y ellos quieren tener clases. ‘El profesor tal nos puso siete a todos, ¿por qué nos puso siete a todos?’ Son cuestionadores y muy críticos y no les gusta que los pasen por arriba, que los defrauden y que los traten mal, porque para tratarlos mal están los padres. Hay un montón de elementos que tienen los chicos en su haber y que tal vez fueron aprendiendo en la escuela”.

 

“Hay una crisis muy seria en los profesores”

Ese mismo espacio es el que fomenta la participación de los alumnos – “Sí, y hemos generado un circulo de confianza para que ellos puedan plantear situaciones que les molestan, y les molesta que los profesores no vayan, o que vayan y no den clases. ‘A nosotros nos dicen que no usemos el teléfono, pero ellos sí usan el teléfono’, dicen. Hay una crisis muy seria en los profesores. Otra de las críticas serias son las calificaciones. Hay algunos que ponen bajas calificaciones, pero el tema es por qué. Las bajas calificaciones quieren decir que el chico no rinde, y ¿por qué no rinde? ¡Si el que le está enseñando sos vos! ¿O el problema es que no te entienden, o no es la clase que necesitan? Vos tenés que lograr que el chico se involucre en tu clase. Una de las cosas que yo digo en la escuela es que tenés que venir a enseñar, no a dar clases como un catedrático… porque enseñar lo hace el pedagogo, el que realmente quiere trasmitir algo. Eso es fundamental”.

¿Y eso no sucede en la mayoría de los docentes? – “Hay algunos que sí, gente joven que trabaja muy bien, gente grande que trabaja muy bien, que se complemente, que se interesan, que les mandan notas a los padres y les dicen dónde tienen que poner el énfasis”.

¿Y qué pasa con los docentes que están desgastados? – “El síndrome del “burn out”. Esto es parte de un sistema que no tiene concentración horaria. La concentración horaria provocaría que los docentes estén en la misma escuela la mayoría de las horas y no tendrían necesidad de andar de una escuela a otra para tener un sueldo medianamente digno. Ahora el docente no tiene tiempo para capacitarse, está cansado y no tiene tiempo para preparar las clases y tampoco tiene ganas de soportar a los chicos que le faltan el respeto o que le contestan. Tampoco ayudan las condiciones laborales, porque tenemos problemas de infraestructura. Hay escuelas en las que tenemos problemas con los techos, se rompen los vidrios, falta calefacción… Desde la Jefatura estamos tratando de colaborar porque las condiciones laborales ayuden”.

 

(1) Es el Programa de Respaldo a Estudiantes de Argentina dirigido a jóvenes entre 18 y 24 años, con el objetivo de que logren iniciar o completar sus estudios en cualquier nivel educativo.

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