La 1° cooperativa del país formada por disminuidos visuales

, Instituciones

Visión Ecológica Tigre

Se conocieron en un curso y hoy conforman una cooperativa de trabajo. Se dedican al miniturismo en el Delta, con precios altamente competitivos. Para comunicarse con ellos: 4728-0094 o   visionecologicatigre@hotmail.com

 

Si bien en Argentina la tasa de desempleo viene bajando, este problema generalizado tiene variables que muchas veces no se advierten. Una de ellas es la discapacidad. ¿Qué pasa si el desocupado es, además, discapacitado? Sobre este tema investigó un grupo de discapacitados visuales que se conocieron en la Escuela Especial 506, cursando la materia Orientación y Movilidad. “Hay personas que se ven afectadas por la discapacidad siendo grandes, entonces cursan esta materia para adquirir movilidad independiente”, explicó Julián Gluzman, profesor de ciegos y disminuidos visuales de la Escuela Especial 506.

“En esa investigación descubrimos que en Tigre, prácticamente, no hay gente con discapacidad visual trabajando”, señaló Jorge Font, quien – junto con otros compañeros – padecía el problema del desempleo. “Cuando tuvimos hecha la investigación, decidimos armar una cooperativa de trabajo”, dijo Fabián Lanzini, presidente de Visión Ecológica Tigre (VET), la primera cooperativa de trabajo del país formada por personas con discapacidad visual.

La cooperativa se presentó en sociedad el 22 de septiembre del 2009, “en un día de diluvio universal”, comentó risueñamente Fabián.

Dado que definir el rol laboral de una persona con discapacidad visual lleva mucho tiempo “porque, según informó Julián, hay que encontrar qué se puede hacer”, propuestas hubo muchas, pero finalmente se quedaron con la de José Romero, un disminuido visual que concurrió a la cita aquel 22 de septiembre y propuso “hacer algo loco para gente no vidente, apostar a viajes y turismo”. La propuesta cerró cuando tomaron contacto con la cooperativa de trabajo Isla Flora, un grupo que realiza sus actividades en una isla sobre el río Luján a 500 metros del arroyo Caraguatá, “de esta manera se concreta un trabajo entre dos cooperativas en un proyecto solidario e inclusivo dedicado al miniturismo, en primera instancia, con grupos de tercera edad, pero abierto a toda la comunidad”, explicitó Julián, en su calidad de Síndico de la Cooperativa.

Los integrantes de VET recibieron capacitación para actuar como guías de turismo ya que “durante el viaje en lancha, nosotros mismos vamos señalando los lugares más importantes, la flora y la fauna, luego en la isla le damos la recepción al contingente y compartimos con ellos juegos de bochas, tejo, también juegos de salón”, indicó José.

La isla fue acondicionada por los mismos integrantes de VET para eliminar todo tipo de riesgos, “César sacó raíces, rastrilló, hizo una estacada de caña para que no ingrese basura al complejo, yo mismo me quedé admirado por todas las cosas que hizo. Esto demuestra que una persona con discapacidad visual puede hacer mucho más de lo que uno cree”, reconoció Julián.

Por su parte, con simplicidad, César Prott explicó: “me gusta mucho el agua, fui navegante, trabajé desde chico y aprendí mirando porque soy curioso y ahora me sirvió”. Además, César pintó las baldosas del sendero de amarillo y también franjas amarillas en los escalones del muelle ya que éste es un color que se percibe con menos esfuerzo del cristalino. Al mencionar la pintura, Julián rápidamente recordó que la pinturería Cáster les hizo una donación importante.

También Enrique Amarillo, que siempre trabajó en la construcción, colaboró en la realización de la cancha de bochas, “en mi barrio había una cancha de bochas y yo iba a mirar cómo jugaban, ahora eso me sirvió” y agregó: “pudimos demostrar que una persona con discapacidad visual puede hacer muchas cosas y también a nosotros mismos nos demostramos eso porque a veces uno mismo piensa que no puede”.

En la cooperativa también hay mujeres: Patricia Mamani es la tesorera y además participó en la promoción de las actividades en los centros de jubilados y manifestó que está “con muchas ganas de aprender”, tanto que ya está anotada en la UTN para hacer la tecnicatura superior en sistemas informáticos que “me va a ayudar mucho para llevar el trabajo de la tesorería”; Romina Pérez, una de las últimas en incluirse, manifestó que “visito los centros de jubilados y también ayudo en funciones de secretaría”; finalmente, Azucena De Olivera (junto con Julián, los únicos videntes) ayuda fundamentalmente en los aspectos legales, pues “me convocó Jorge Font por mi experiencia”.

VET está conformada por 11 personas, cada uno se integra desde sus conocimientos previos y todos ponen sus ganas de aprender: este año los espera un curso de computación y también “un proyecto con la Fundación Par para capacitarnos sobre leyes de discapacidad así, luego, nosotros podremos capacitar a médicos o entes públicos ya que muchas veces no tienen la información necesaria”, señaló Julián e inmediatamente José añadió: “tenemos un compromiso con las personas con discapacidad visual, queremos ayudar”.

En cuanto a la colaboración que ellos mismos recibieron, Julián destacó a Silvia Medrano – directora de la Escuela 506 – que “permitió que el grupo buscara su rumbo laboral en un espacio pedagógico ya que comprendió la necesidad que todos tenían”; recibieron 8 juegos de dominó y un juego de tejo de centros de jubilados; la UTN guió en la conformación del grupo; Mario Damasco les brindó la posibilidad de reunirse en el Club Alberdi. La Agencia de Empleo de Tigre los ha acompañado desde el principio y ahora están trabajando “para ver si podemos recibir un subsidio y luego volar solos”, comentó Julián que asimismo aclaró que “falta conocimiento sobre el tema”. Fundamentalmente, el grupo se sostuvo a sí mismo porque “pusimos tiempo, voluntad, una investigación premiada, nuestras casas, nuestro dinero y nuestro criterio. Trabajamos contra un prejuicio social, con la falta de educación y contra un sistema que no está preparado para incluir a estas personas en el mundo laboral. Hemos definido un nuevo criterio para esta población y lo hicimos desde el ámbito escolar, la única institución que tiene la capacidad para abordar estas problemáticas”, subrayó Julián.

Además de todos los nombrados, también integran el grupo Miguel Flores y Julio Andrada. Se conocieron para adquirir movilidad con el bastón, ahora son un ejemplo de esfuerzo, compromiso y decisión.

 

El diseño del logo fue realizado por Jorge Font, que cruzó el bastón blanco con el bastón verde. Nadie mejor que él para explicar su significado: “el bastón blanco, (el que usa Jorge) conocido por todos, indica ceguera severa y el verde es para disminuidos visuales leves. Está incluido en la legislación argentina desde hace tiempo, pero nunca se promocionó”.

Otra cosa que se promociona poco es la utilización de perros guías, “no me imagino a un perro guía cruzando Cazón donde hay un solo semáforo para discapacitados visuales”, indicó Fabián. Si bien la ciudad de Buenos Aires tiene una ley específica, el país aún carece de una legislación nacional.

Deja una respuesta