Biblioteca Popular Maestra Teresita Cepeda. Después de infructuosos intentos por hablar con la concejal Alejandra Nardi, presidenta de la Comisión Directiva de la Biblioteca, y con Enrique Alliot, tesorero de la misma Comisión, Luis Cepeda se acercó a la redacción de este medio para manifestar sus dudas e interrogantes sobre el manejo administrativo de la biblioteca que lleva el nombre de su hermana.

        En agosto de 2011 se inauguró, en Aristóbulo del Valle esquina Irala, Rincón de Milberg, la Biblioteca Popular Maestra Teresita Cepeda. El nombre evoca a una maestra que trabajó en varias escuelas de Rincón y que tuvo un sueño: hacer en el barrio un espacio donde los niños tomaran contacto con la cultura.

        En memoria de Teresita, la familia Cepeda decidió donar al Municipio, en época del intendente Ubieto, el terreno donde los hermanos vivieron de pequeños. El tiempo fue pasando y el proyecto fue retomado por la concejal Alejandra Nardi que “trabajó mucho para construir la biblioteca”, dijo Luis Cepeda – hermano de Teresita – quien se acercó a este medio para dar a conocer públicamente una situación que él calificó como manejo irregular de la Biblioteca. Asimismo dejó en claro que, políticamente, no quiere perjudicar a nadie, pero, en memoria de su hermana, necesita aclarar esta situación porque “si Teresita vuelve a la vida, se muere, porque mi hermana era muy recta. Y yo también lo soy”.

Esquivando el bulto

        ¿Usted asumió en la Comisión Directiva (CD) desde el momento de la inauguración? – “Sí”.

        Es decir que la CD sigue siendo la misma del primer día – “No sé, porque nunca se hizo ninguna reunión”.

        ¿No hay reuniones mensuales? – “No”.

        ¿Hay libro de actas? – “Hay un libro de actas que se firmó en la casa de mi hermano y ahí se armó la nueva comisión, porque había una pro-comisión mientras se estaba construyendo la biblioteca”.

        ¿Cuándo se inauguró la biblioteca? – “Agosto de 2011”.

        ¿Desde entonces no se hicieron reuniones? – “No sé, porque firmamos todos en el libro que venía de la pro-comisión y nada más”.

        ¿Qué cargo tiene usted? – “Yo le pedí a Nardi que me pusiera como revisor de cuentas, porque ‘yo te voy a controlar’, así se lo decía, pero no sé si soy revisor. Sé que estoy en la comisión porque firmé el libro en la casa de mi hermano”.

        ¿Usted trató de comunicarse con Alejandra Nardi? – “Durante 2011 le pedí reuniones de CD, pero ella me decía que estaban en campaña. Pasó la campaña, volví a pedir reunión y me dijo que se iba de vacaciones. En marzo de 2012, por intermedio del concejal Roberto López, le pedí otra reunión y me contestó de parte de ella que en una semana la íbamos a hacer. También a través de Julio Nocioni, otro miembro de la CD, pedí reuniones”.

        ¿Qué cargo tiene Julio Nocioni? – “No sé, creo que ningún miembro sabe, sólo ella (Alejandra Nardi) que es presidente y Alliot que es tesorero. Seguí pidiéndole reuniones en cada acto que la veía. En el 2013 ya perdí contacto con ella porque no me saluda. Antes me llamaba para las reuniones del partido, ahora me esquiva”.

        ¿Durante todo este tiempo la biblioteca realizó actividades? – “Sí, hay actividades y también recibió subsidios”.

        ¿De quién? – “De China, porque se hizo un curso de chino mandarín. El Municipio también le da subsidios”.

        ¿Hay personal en la biblioteca? – “Sí, dos empleadas. La bibliotecaria está municipalizada; además está mi cuñada que desde hace dos años viene pidiendo que la regularicen, pero le pagan en negro. ¿Quién paga ese sueldo? Yo lo que pido es que Nardi dé explicaciones de por qué no hace reuniones, por qué maneja la biblioteca como si fuera el comité de la calle Liniers”.

        Después de estos intentos de comunicación malogrados, ¿usted intentó hablar con Alliot? – “Sí, yo fui al Municipio para hablarle y él estaba siempre ocupado”.

        O sea que Alliot, como tesorero de la institución, tampoco se hizo eco de sus necesidades – “Así fue, lo busqué personalmente durante más de tres meses”.

        ¿Usted es el único miembro de la CD que tiene este interés? – “Sí, porque el 98% de los miembros de la CD son todos seguidores de Nardi o empleados municipales. Nadie le pide explicaciones, sólo a mí se me ocurre”.

        ¿Usted sospecha sobre el manejo de los subsidios que llegan a la biblioteca? – “Sí, porque ella no dio una sola explicación durante 26 meses. ¿Por qué no se hizo ni una sola reunión? No se hizo memoria ni balance. ¿Ella gestionó la personería jurídica? No lo sé”.

        ¿Usted considera que hay un manejo irregular de la institución? – “Sí, dudoso, porque se está recibiendo plata y cuando la plata no es de uno, hay que ser transparente. Yo tengo experiencia en instituciones, estoy en el Club de Leones, estuve en la Asociación de Clubes de Tigre, es decir que conozco los mecanismos con que se manejan las instituciones”.

        Más allá de estas cuestiones administrativo-legales, ¿puede decir algo del funcionamiento diario de la biblioteca? – “Mi cuñada es la que abre y cierra porque vive enfrente, sé que hay talleres, sé que Nardi va seguido, en ese sentido no digo nada. Pero la parte administrativa la maneja de manera muy personalista, no sé qué se hace con la plata, porque en la biblioteca no se puso nada, porque en verano hace 50 grados. Además el libro de actas tiene que estar en la biblioteca y yo sé que no está ahí”.

        Considerándose la concejal Nardi un referente de Rincón, ¿cómo cree usted que va a tomar esto la sociedad y el poder de turno? – “A mí eso no me importa, a mí me interesa que la sociedad juzgue a la concejal Nardi. Creo que el Municipio tiene que ponerse las pilas. Es probable que ella tenga los medios para decir que lo mío es mentira…”.

        Una vez más, Luis Cepeda quiso aclarar que este reclamo no tiene ningún interés político, ya que estuvo apoyando a Sergio Massa, como vecino, desde las caminatas por la calle Santa María en el 2007 y aseguró que seguirá apoyando a Julio Zamora.

        En un país democrático como el nuestro, los manuales de ciencias políticas atribuyen a los dirigentes políticos características básicas, entre ellas mantenerse dentro de una ética de servicio al prójimo, velar por el interés general de los ciudadanos y apoyarse, para sus decisiones, en la consulta popular.