Los caminos de la creatividad

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Todas las emociones y las formas de pensamiento están relacionadas. En busca de  nuevas formas de expresión personal, en sus talleres de creatividad, en la Casa de las Artes Tacuarí, María Eugenia Luases propone indagar la obra de artistas contemporáneos y aventurarse a variados materiales.

 

Cuando se habla de creatividad, suele reducirse la palabra al ámbito artístico, sin embargo “la creatividad es una capacidad humana”, señaló María Eugenia Luases, Lic. en Artes Plásticas, que desde hace tiempo indaga sobre el tema.

La creatividad no está ligada exclusivamente a la inteligencia, ya que en el acto creativo están implicadas emociones, percepciones y conocimientos.

Muchos se preguntan cómo estimular la creatividad y una respuesta es: activar el sistema sensorial ayuda a cultivar diversos modos de pensar y de encontrar distintas vías para formular ideas.

 

Creatividad y reflexión

Si bien sus talleres tienen como disparador las artes visuales, María Eugenia plantea que “la creatividad no tiene que ver sólo con el arte, sino con el hacer innovador, inventivo, transformador. Es el desarrollo de una capacidad aplicable a cualquier área de la actividad humana. Puede haber un abogado creativo en el momento de armar una estrategia para un juicio, un médico creativo en la lectura de un diagnóstico y el tratamiento a seguir”.

El arte, como producto simbólico, nos pone frente a la posibilidad de interpretación del mundo que nos rodea: “Una propuesta artística deviene en otra cosa a partir de la interpretación de cada uno. Hacemos un recorrido por  distintos artistas para ver qué hicieron otros y, a partir de esa motivación, generar algo propio. La idea no es copiar estilos, sino generar estrategias personales”. Según el contenido, va surgiendo el material, por eso se puede pasar de la música a la expresión corporal o a la fotografía, logrando una síntesis integradora de la comprensión de un fenómeno.

La palabra tampoco está ausente: “Una imagen conlleva un discurso verbal; además, compartir con otros hace que uno verbalice. Son notables las conversaciones que se dan, por ejemplo, entre los niños cuando están en plena actividad”.

En cuanto al método de trabajo, María Eugenia explicó que “nada es rígido, pero sí pensado”, pues, si el coordinador del taller no se plantea objetivos, el hacer puede transformarse en algo anárquico. “Buscamos representar problemas o búsquedas interiores como una forma de expresión reflexiva”.

Para que la mente crezca, necesita alimentarse de contenidos; si estos contenidos le hablan a la emoción al mismo tiempo que a la razón, entonces las respuestas posibles serán, según dicen, más certeras: la lógica de las imágenes, del movimiento muscular y del sentimiento no explican razones, sino que generan nuevas ideas, entonces pasar por este proceso permitirá encarar la vida creativamente.

Profesionales de distintas disciplinas que estudian el pensamiento creativo han llegado a la conclusión de que éste brota de la intuición y la emoción. Es decir que los sentimientos e intuiciones no obstaculizan el pensamiento racional, sino que constituyen su origen y fundamento.

Einstein dijo: “La teoría de la relatividad se me ocurrió a partir de una intuición motivada por la música. A los 6 años, mis padres me obligaron a estudiar violín y debo decir que mis descubrimientos suelen ser el resultado de una especie de percepción musical”.

Para el tenor Luciano Pavarotti “hay que llegar a ver la música, darse cuenta de las dificultades que entraña su ejecución y forjarse una especie de imagen fotográfica”.

Henri Poincare – uno de los principales matemáticos de fines del siglo 19 – escribió: “Nuestras demostraciones se basan en la lógica, pero es la intuición la que nos permite descubrir”.

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