Necesitan colaboración para el apoyo escolar

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Centro Comunitario Buen Viaje. Tienen talleres de recreación y oficios para las mamás y los adolescentes. Al apoyo escolar concurren 130 niños. Por falta de recursos se redujo la atención a un día. Para comunicarse mujeresconmujeres@yahoo.com.ar

 

        “Gracias a Vicky por todo el trabajo y el amor que nos dan en cada actividad”. Así se expresan los niños que concurren al Centro Comunitario Buen Viaje que funciona en Juana de Arco y Garibaldi, Rincón.

        El lugar está gestionado por la asociación civil Mujeres con Mujeres, quienes se iniciaron en la labor comunitaria “en el merendero que estaba en la capilla Buen Viaje y, cuando se cerró, empezamos a trabajar especialmente para la educación y la recreación”, contó Vicky Bertani, coordinadora de la asociación.

        Tres salones y una canchita de fútbol son las instalaciones que utilizan niños, adolescentes y adultos. “Este es un espacio de unión y contención para las familias, porque, mientras hacen talleres, construyen vínculos”, dijo Cecilia Negri, maestra del apoyo de primer grado.

        Algunos de los talleres son: tejido, costura, bijouterie, comunicación, porcelana en frío. Pero la niña mimada de esta institución es el apoyo escolar: “Hasta el 2012, el apoyo funcionó dos veces por semana, en turno mañana y tarde. Pero este año, por falta de recursos, se está dando un solo día y nos damos cuenta de que no es suficiente. En realidad apuntamos a que sea todos los días, no sólo por lo pedagógico, sino también porque los chicos incorporan hábitos y los sacamos de la calle. Además, muchos días no hay escuela por paros o por falta de agua y el apoyo siempre está”.

        En la actualidad concurren 130 niños y tienen lista de espera en la que priorizan a los hermanitos. “Ya vienen con carta de las escuelas de la zona, la 39, la 19, la 2. A través de la red de infancia tenemos contacto con las orientadoras de los colegios”, informó Vicky.

        “Los vecinos sienten el lugar como suyo, es la placita del barrio, porque los chicos juegan a la pelota en la canchita que está muy buena, pero, detrás del arco, está roto el alambrado y la pelota se va a la calle todo el tiempo y es peligroso porque hay mucho tránsito. Nos gustaría que pongan rejas”.

        Durante muchos años la asociación civil logró sostener el lugar, por un lado, gracias a la recaudación de ferias del usado y de navidad que ya no pueden realizar, pues el predio que utilizaban fue ocupado por barrios cerrados; y, por otro, por el aporte de empresas que, al menos por el momento, “se han retirado, pero que, cuando puedan, van a ayudarnos otra vez porque valoran la actividad que hacemos”, aseguró Cecilia.

        A pesar de la difícil situación que están atravesando, siguen adelante, dado que los vecinos necesitan y quieren ese lugar y lo demuestran porque “lo cuidan y lo respetan”; y porque todas las mujeres que allí se convocan, seguramente, sienten lo mismo que Vicky: “Yo me dedicaba a algo totalmente distinto, pero siempre sentí dentro mío que algo me faltaba. El día que el párroco de aquel momento (Juan Carlos Riquelme) tocó el timbre de mi casa para que viéramos la realidad que nos rodeaba, sentí como un llamado, me pregunté por qué me tocaba a mí, si éramos 20 viviendo allí. Mi vida cambió un montón, me hace feliz poder ayudar porque se recibe más de lo que se da. Todas las cartitas de los chicos y sus familias llenan el alma”.

        Seguramente, para que los niños puedan seguir estudiando, vos podés hacer una donación.

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