El CEAMSE priorizará la recepción de residuos de la provincia de Buenos Aires

El organismo a cargo de la disposición final de los residuos urbanos CEAMSE priorizará desde junio la asignación de espacio para la basura originada en el conurbano bonaerense por sobre la proveniente de la Ciudad de Buenos Aires, informó el presidente de la entidad, Raúl de Elizalde.

 

“Atento a la crítica disponibilidad de espacio para continuar con la recepción y disposición” de la basura, verificándose un notorio crecimiento de los tonelajes enviados por la Ciudad, Elizalde ordenó “priorizar la asignación de los espacios remanentes para la disposición de residuos originados en los municipios del Conurbano Bonaerense”.

En un comunicado, el presidente del directorio del CEAMSE informó la decisión de “exigir a las autoridades de la Ciudad de Buenos Aires la inmediata ejecución de un programa que, en el marco de la Ley de Basura Cero, asegure una disminución” del 50% en 30 meses de los residuos enviados por la Ciudad a territorio bonaerense.

Asimismo, dispuso “un aumento del 35% para las tarifas que actualmente debe abonar la Ciudad” por el servicio de disposición final de residuos.

Elizalde requiere al Gobierno de la Ciudad que remita a los “municipios de San Miguel y Tigre las compensaciones correspondientes por el uso de sus respectivos territorios como sitio de disposición final”.

Por su parte, la diputada porteña María Elena Naddeo exigió al jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, que “se haga cargo de la aplicación de la Ley de Basura Cero” y cuestionó el gasto en recolección que supera los dos millones y medio de pesos, medio millón más que en 2011, lo que implica “un aumento del 33%”.

La diputada, del Frente Progresista y Popular, afirmó en un comunicado que “la Ciudad debió enterrar 1.048.000 toneladas de basura pero envió a relleno más del doble: 2.110,122 toneladas: esa cifra, según la evaluación de la ONG Greenpeace, representó un aumento del 14% respecto de 2009”.

La Ley 1854, sancionada en 2005, establece metas de reducción en forma progresiva de la cantidad de residuos destinados a rellenos sanitarios, hasta llegar a la prohibición absoluta en 2020.

En ese cronograma, la primera meta fijada para 2010 establece una reducción del 30% respecto de la cantidad de basura enviada al CEAMSE en 2004. “Hay que exigir al Gobierno de la Ciudad que realice campañas de separación en origen, que las empresas recolectoras de residuos cumplan con la Ley de Basura Cero y termine con la contaminación”, planteó Naddeo.

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