“El primer responsable en esta decisión es el Municipio”

, Medio Ambiente

El festín inmobiliario después de las inundaciones. El desmantelamiento de las oficinas técnicas, durante la década neoliberal, sigue intacto, produciendo efectos en la vida de los ciudadanos. La aplicación de leyes existentes evitaría la construcción de urbanizaciones privadas. El loby inmobiliario y la permisibilidad de los funcionarios producen inundaciones incontrolables y angustias profundas en la ciudad abierta.

 

Cuando el río Luján cruza la Ruta 8, entra en una fase estuarial donde pierde pendiente, velocidad, empieza a ser más sinuoso, por lo tanto la planicie de inundación que necesita, en situaciones de creciente, es muy amplia, unos 5 kilómetros de ancho. “En vez de permitirle que tenga el espacio suficiente para que desborde cuando lo necesita, se está ocupando esa planicie. Es decir que hay una falta absoluta de racionalidad en la habilitación de urbanizaciones en zonas que naturalmente no son adecuadas para esto”. El río no es únicamente el espacio por donde discurre el agua habitualmente, o sea el cauce, el río también es la planicie de inundación que ocupa en épocas de creciente. “Nadie debe vivir allí. Si se ocupa, como hizo San Sebastián en Pilar, toda la margen derecha de la planicie de inundación, entonces el río va a anegar áreas que normalmente no anegaba. Es casi de manual entender esto. El río tiene una dinámica que requiere de un territorio que le es propio. Las inundaciones son parte del ciclo normal del río”.

Teniendo como telón de fondo este conocimiento de manual, conversamos con la Lic. en Geografía y Magister en Políticas, Proyectos y Gestión de Ciudades, Patricia Pintos.

Como la superficie de humedales afectada por urbanizaciones cerradas, a partir del modelo Nordelta, se incrementó y, consecuentemente, también los problemas generados por esta ocupación indebida, se consultó a la especialista por qué se siguen permitiendo.

“El problema tiene que ver con la extrema permisividad, en primer lugar, de los Municipios y, luego, de los órganos provinciales, que vienen actuando desde hace 20 años”.

Efectivamente, el desmantelamiento que se dio en los 90 de las oficinas técnicas municipales y provinciales, que tienen injerencia en estos temas, no se ha detenido. “Bajo el discurso neoliberal de que las inversiones privadas serían multiplicadoras de trabajo y generarían derrame de riquezas, se permitió el desembarco de grandes empresas dispuestas a invertir en desarrollos inmobiliarios. Esto, en esencia, no cambió, por lo tanto el sistema de aprobación que se aplica actualmente es el mismo de aquel período”.

En tanto que las políticas neoliberales dejaron prácticamente a la mitad de la población en edad de trabajar, sin trabajo; las urbanizaciones cerradas son la causa de que las inundaciones sean, cada vez, más incontrolables, generando muertos y pérdidas materiales a ciudadanos que viven en los tradicionales barrios abiertos.

“A partir de las últimas inundaciones surgió una preocupación generalizada: de los vecinos, de las unidades académicas, de los medios nacionales. Se percibe una intención de trascender la noticia coyuntural y plantear esto como un problema desde otra perspectiva”.

Mientras que los empresarios tienen gran capacidad de loby y el poder público es permeable a favorecerlos, la preocupación e involucramiento de la población va en aumento.

“Si bien este festival inmobiliario no tiene limitaciones, están surgiendo iniciativas vecinales: el Movimiento en Defensa de la Pacha presentó, el 17 de noviembre, un proyecto de ordenanza, en el Municipio de Tigre, pidiendo la prohibición de las urbanizaciones cerradas; la Asamblea en Defensa de los Humedales, de Escobar, está pensando algo similar. Parece que habrá una iniciativa a nivel provincial en el mismo sentido. O sea que, a partir de la gravedad de las últimas inundaciones (hubo barrios de Luján y Pilar que estuvieron con el agua estancada durante días) se está pensando el tema desde otro lugar”.

Aunque nuevas ordenanzas y leyes puedan ser más precisas, ya existen normas que pueden detener la construcción de estos barrios: “La ley provincial 6253, vigente desde la década del 60, de desagües naturales, sería más que suficiente para limitar la ocupación de los valles de inundación. Hay leyes de gestión del agua, ambientales y de ordenamiento territorial. Además, el Defensor del Pueblo, en 2010, dejó claramente establecido que no se podían desarrollar este tipo de actividades en humedales”.

 

Humedales: bien común

En la comercialización de un territorio tan frágil como es el humedal sigue operando la inercia de la flexibilización neoliberal. “Hay que romper con ese paradigma y pensar el territorio de manera integradora, pensar en la protección de los bienes comunes urbanos, como son los humedales porque ya no se habla tanto de recursos naturales, sino de bien común y esto cambia el eje de la discusión. Pensar en el bien común implica que el humedal no es estrictamente posesión de quien tenga el título de propiedad de una parcela, sino que es un bien común de la sociedad, cuyos beneficios nos alcanzan a todos. Entonces en ellos no se puede hacer cualquier cosa amparándose en la propiedad privada”.

Existen ecosistemas como las planicies de inundación de ríos y arroyos que tienen una función natural que se debe proteger. “El primer responsable en esta decisión es el Municipio, así lo determina el decreto ley 8912/77. El responsable primario en el ordenamiento del territorio es el Municipio. Nada se puede hacer si el Municipio no está de acuerdo”.

Pensemos qué ha pasado en Tigre: los sucesivos intendentes, desde Ubieto en adelante, han consumado una ciudad absolutamente injusta y desigual. Las tierras ocupadas hoy por las urbanizaciones cerradas, además de cumplir con su función de reguladoras de las aguas, estaban habitadas por quinteros que proveían a la ciudad de verduras frescas a bajo costo porque casi no tenían gasto de transporte. Cuando en el mundo se busca consolidar la agricultura periurbana como una fuente de beneficios ecológicos y económicos para los residentes de las ciudades, aquí se sepultan bajo el cemento las tierras fértiles, con una larga lista de consecuencias: a las inundaciones ya conocidas le debemos sumar la contaminación del aire por el transporte que lleva los productos de primera necesidad hasta la ciudad, encarecimiento de dichos productos, excesivo uso de nafta, etc. etc. “Esto está relacionado con el modelo de desarrollo adoptado por el Municipio, que decidió favorecer el urbanismo privado. Cuando el Municipio de Tigre hizo el Plan de Manejo del Delta, a raíz de Colony Park, se le preguntó por qué no se extendía al área continental, ya que la parte continental forma parte del Delta. La respuesta fue que ya estaba decidido que la parte continental fuese para el urbanismo privado. Hay una manifiesta intención, que viene de gestiones anteriores, de favorecer la urbanización cerrada, en términos, además, de evitar que se extienda la urbanización precaria y esto ha sido expresamente dicho. Es una decisión que tiene sus costos y, al mismo tiempo, es muy mezquina con la ciudad abierta preexistente. Pensemos en Las Tunas, que se vio perjudicado por el paredón que actuó como dique durante los días de inundación. Este es el modelo de desarrollo urbanístico que adoptó el Municipio de Tigre, que, aunque no lo reconozca abiertamente, la práctica indica que es de claro favorecimiento al urbanismo privado en desmedro de la ciudad abierta”.

 

Loby versus bien común

La especialista recordó que “en este festival inmobiliario hay responsabilidades compartidas, municipales y provinciales. Pero las primarias son de los municipios porque son los que avalan que se eleven los expedientes para que la provincia los considere”.

Este urbanismo neoliberal, absolutamente antiecológico y antisustentable, es muy redituable para las empresas que lo comercializan. “En este negocio lo importante es la producción del suelo, es decir la transformación de un suelo rústico en un suelo ‘urbanizado’, o sea que tenga permisos municipales y provinciales para la construcción de los futuros barrios. Esto ya produce un salto de renta muy importante. Este primer beneficio en el cambio de renta por haber obtenido las habilitaciones para luego hacer los barrios, permite la recuperación, con creces, de las inversiones iniciales, por lo tanto si después terminan vendiéndose todos los lotes y construyéndose todas las viviendas, es un dato secundario”.

Como se ve, el primer gran beneficio está en el cambio del estatus normativo de las tierras y, para ejemplificar, Patricia puso el caso de Puertos del Lago: “Constantini compró el suelo en 7 millones de dólares en 2007 y esperó la sanción de una ordenanza que permitió cambiar el estatus normativo del suelo de los humedales que están por debajo de la barranca de El Cazador, del 2010. O sea que aguantó 3 años hasta que las condiciones institucionales le abrieron el camino al desarrollo de su proyecto. Este cambio normativo disparó el valor del suelo sin hacer nada”.

Hay que entender que “hacer nada” significa hacer loby para que concejales e intendentes generen los cambios que los empresarios necesitan para seguir ganando dinero. La capacidad de presión por parte de los empresarios y la permeabilidad en los funcionarios municipales da como resultado que se continúen haciendo urbanizaciones que ya han demostrado que provocan catástrofes para quienes viven fuera de ellas y, quizás con el tiempo, también para los que viven adentro.

“Este tándem es terrible, pues la responsabilidad del Municipio es velar por el interés común, cuando esto no sucede y los gobiernos locales son un actor económico más, sobrevienen los problemas”.

¿Hay posibilidades de recuperar esas tierras para la Naturaleza? – “Esto requiere de decisión política. Hay derechos adquiridos por las empresas, pero en la medida en que esos suelos no hayan sido ocupados, la Provincia debe sentarse a reconvenir con los desarrolladores para recuperarlos. Esto puede requerir algún tipo de resarcimiento económico, pero ¿cuál es el perjuicio mayor? ¿el resarcimiento económico o tener que resolver la profundización de los problemas que ya se han evidenciado?”.

Además de tener en cuenta lo que dice la profesional, se debe escuchar a la población que, en definitiva, es la que elige a los funcionarios para que administren en función del BIEN PÚBLICO y no de los intereses privados.

Hay barrios semiconstruidos, ¿qué se puede hacer con ellos? ¿qué se ha hecho en otros países que sufrieron este mismo problema? – “El modelo de urbanización aplicado aquí es el norteamericano, el que se ve en La Florida y en la cuenca del Misisipi, donde se hicieron durante años obras para remediar las habilitaciones inadecuadas de construcciones y finalmente terminaron relocalizando barrios. Creo que aquí pasará, con el tiempo, lo mismo”.

La transformación de los humedales trae una serie de perjuicios que paga toda la población. “Los de Tigre y los que no lo son también, porque las obras que tiene que hacer la Provincia para resolver este problema son pagadas por todos”. Como quedó evidenciado, ninguna obra es suficiente y año tras año deben hacerse obras más grandes y por lo tanto más caras. “Muchas de las obras que se hicieron y tendrán que hacerse para resolver los problemas que este festival inmobiliario causa, hubieran sido innecesarias si se hubiera evaluado adecuadamente la no pertinencia de ocupar los humedales”.

Los humedales no son sistemas acuáticos ni terrestres. Si se pretende transformarlos en sistemas terrestres, pierden sus funciones específicas, entre las que se encuentran ser defensa contra las tormentas, reducir el impacto del agua, retener sedimentos y nutrientes. En estos ecosistemas habitan plantas, como la lenteja de agua, capaces de absorber y almacenar metales pesados como el hierro y el cobre, contenidos en las aguas residuales, y numerosas especies de aves. A los que pretenden que se conviertan en cementerios, Agasaganup o Zobá.

 

Consultada sobre la urbanización venice, Patricia Pintos reflexionó: “Me llamó la atención que el mismo día que el agua había llegado en Luján a 5,32 metros, es decir la cota máxima de altura, el diario La Nación promocionaba venice. Evidentemente los medios contribuyen a difundir este tipo de urbanización con su silencio o con su opinión. ¡Qué poco tino del diario La Nación!! el mismo día que la cota de agua alcanzó la máxima altura y la cripta de la Basílica de Luján se había inundado y un tercio de la ciudad estaba inundada, que parecía Venecia, publicita esa urbanización que está en pleno centro de Tigre y tiene una villa al lado”.

 

Es común escuchar a los antiguos pobladores del centro de Tigre que Ricardo Ubieto trajo la idea de los barrios cerrados después de haber visitado Miami. A esta historia oral le sumamos la publicación, en la revista Tigris, de la declaración del intendente mencionado, en mayo de 2005: “Creo que nuestro mayor logro es habernos preparado para el progreso. Si no hubiésemos aceptado las inversiones privadas, hoy seríamos como Moreno, una enorme villa miseria”.

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