Rechazo vecinal ante la remodelación del Puente Sacriste

Obra polémica. El Municipio encaró la “recuperación” del Puente Arístides Sacriste debido a severos daños que estaría padeciendo la estructura, pese a la resistencia de un sector de la comunidad tigrense. La Justicia rechazó un recurso de amparo vecinal para detener las obras. Entrevista al Arquitecto Héctor Rottari para acceder a los detalles del proyecto. El tiempo de ejecución de las obras rondaría los ocho meses.

 

El Municipio de Tigre comenzó con la obra de “recuperación” del Puente Arístides Sacriste debido a severos daños que estaría padeciendo la estructura, según informaron a este medio desde el Ejecutivo; y en segundo lugar, remodelar y ensanchar la circulación peatonal sobre el mismo.

Obviamente nadie del municipio se comprometió en poner la cara, ante los medios de comunicación en rueda de prensa, para explicarles a los vecinos por qué se decidió llevar adelante esta obra que un gran sector de la comunidad tigrense rechaza, quizás o no, por falta de información.

Lo cierto es que el Municipio lleva adelante los trabajos y la sociedad se resiste en aceptarlo, a tal punto, que se llevó a cabo una campaña para reunir firmas en forma personalizada y a través de las redes sociales, para posteriormente elevarlo a la justicia en busca de un recurso de amparo. La Justicia ya se habría expedido negando el petitorio.

El argumento de los vecinos a través de un escrito, es que “el puente Sacriste forma parte de la memoria colectiva de la ciudad desde antes de 1876 y dicha remodelación afectaría todo el entorno histórico del centro turístico de Tigre”. “La obra sólo resolverá una ínfima parte del problema de circulación de ese nodo principal para turistas y vecinos”.

Sostienen también que “existen proyectos alternativos elaborados por profesionales técnicos locales, convocados por los vecinos, que conservarían el puente original, mejorando no sólo la circulación peatonal, sino también la vehicular. Además de la comunicación entre la estación terminal del tren Mitre, y las estaciones fluvial y fluvial internacional, protegiendo el exuberante marco natural que lo rodea”.

Por último, en el escrito se solicitaba “consensuar entre ambas partes, municipio y vecinos, la mejor opción para la funcionalidad y la conservación de nuestro patrimonio arquitectónico, orgullo local por contar con la admiración de turistas de todo el mundo”.

 

Reparación y ampliación

Debido a la polémica obra que encara el Municipio y que parece no querer cambiar de rumbo, Actualidad entrevistó al Arquitecto Héctor Rottari para acceder a los detalles del proyecto.

“Este puente ha sufrido diversas modificaciones a través de su historia. El crecimiento de la zona y el mayor flujo de turistas nos motivaron a llevar adelante obras de reparación y ampliación de las veredas. Fue necesario para ello realizar los relevamientos y estudios estructurales previos a su ejecución”, sostuvo el profesional.

 

¿Cuáles fueron los estudios y evaluaciones que se realizaron previamente? – “Se realizaron los pertinentes relevamientos tanto dimensionales como estructurales y sus correspondientes patologías. Entre las anomalías detectadas se observaron fisuras verticales en los tabiques de apoyo y en las mismas posiciones de cada uno, que manifiestan deformaciones en los extremos superiores y coinciden con las juntas de dilatación, las cuales no se encuentran en funcionamiento, lo que implica un problema. Además la ausencia de recubrimientos debido al paso del tiempo con armaduras expuestas en algunos sectores. Todo lo observado trae como consecuencia la limitación de su vida útil”.

 

El estudio profesional del Ing. Horacio Delaloye, que asesora al municipio, fue el encargado de evaluar la seguridad estructural, las patologías acumuladas por la edad y definir las líneas de acción para reponer el puente a su estado pleno de servicio.

 

¿Cuáles son los motivos por los cuales se decidieron realizar las obras en el puente? – “Debido al crecimiento de la zona se produjo un incremento del flujo peatonal en las aceras desbordando su capacidad física. Las nuevas obras buscan generar una nueva escala de movilidad para el peatón, mejorando la conectividad del casco céntrico, la Estación de Ferrocarril, la Estación Fluvial, la Avenida de las Naciones y los paseos costeros. Hoy en día las ciudades tienden a recuperar su oferta de espacios para la integración social, ofreciéndolos fundamentalmente de calidad para el encuentro de las personas, evitando la cesión de los mismos para los autos”.

“Actualmente el flujo de personas (cada vez más vecinos desarrollan actividades aeróbicas en días de semana) en ambos sentidos y en la intersección con el cruce peatonal se ha incrementado de manera que el ancho actual es insuficiente, ralentizando la velocidad de circulación tanto de peatones como vehículos provocando atascamientos. En muchos casos las personas se ven obligadas a descender a la calzada, generando situaciones con riesgo por daños a las mismas”.

 

¿Cuál son los detalles de las tareas a ejecutar? – “El dispositivo adoptado es una estructura metálica en doble voladizo compuesta por dos ménsulas opuestas en los extremos de cada tabique que se equilibran por medio de dos tensores, uno en cada cara del mismo. Además estos últimos colaboran en el cierre de las fisuras evitando en su parte superior por medio de la aplicación de una tensión previa y en la parte inferior por efecto de compresión de la misma ménsula. De esta manera, los apoyos recibirán sólo las cargas verticales. Sobre las ménsulas se apoyará una doble hilera de vigas longitudinales metálicas que se encargarán de soportar la nueva vereda. La disposición de los tensores evitará que las fisuras progresen mejorando notablemente el comportamiento estructural”.

“La eliminación de las barandas y pilares existentes contribuye a disminuir las cargas hacia los voladizos. Las nuevas cargas que se generan debido a las pasarelas metálicas al ser tomadas por el sistema de ménsulas y tensores conjuntamente mejorará el desempeño de la estructura existente en su conjunto”.

 

La acera se ejecutará en hormigón armado apoyada en las vigas con sus correspondientes barandas y columnas de iluminación. También se adecuarán los accesos peatonales en función de su nueva dimensión.

“Con respecto a la iluminación, debemos decir que se aprovecha la ocasión para adoptar la nueva tecnología que disminuye el consumo energético, evita contaminación lumínica y aporta sustentabilidad”, añadió Rottari.

 

¿Qué cambios generarán estas modificaciones? – “Aspiramos a que el puente Sacriste siga siendo un hito, pero también una referencia viva del paso del tiempo ya que el hormigón reemplazó al acero y éste hizo lo propio con la madera”.

 

El tiempo de ejecución de las obras rondaría los ocho meses, es decir, a mediados de 2018 concluirían las mismas; demás está decir que habrá seguramente, más tela para cortar.

 

Un poco de historia

El puente Sacriste une ambas márgenes del río Tigre a la altura de la Avenida Cazón y se destaca por ser uno de los puntos de atracción para propios y visitantes, ya que desde el mismo, se disfruta una de las postales más icónicas del Río Tigre, la Estación Fluvial y sus embarcaciones.

El mismo fue transformándose con el paso del tiempo y modificándose según las tecnologías disponibles de cada época. En principio se construyó de madera y para 1876 se inauguró con grandes festejos el de hierro, llamado primeramente “Buenos Aires”, “Tejedor, “Puente Nuevo”, “Cazón” hasta que en 1928 se lo denominó Arístides Sacriste, conocido por la población como Puente Tigre.

Finalmente, en la década del 40 del siglo XX, fue reemplazado por el actual, ejecutado en hormigón armado, tecnología que recién en la década anterior se había iniciado entre nosotros.

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