Un Concejo Deliberante más plural

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Opinión. Las tendencias que quedaron trazadas en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del 11 de agosto se concretaron en las elecciones generales y definitivas de octubre, aunque con algunos cambios.

        El Frente Renovador (FR) obtuvo el 61,81 % y si bien bajó unas décimas, aumentó la cantidad de sufragios, registrando un aumento de siete mil con relación a las PASO. El FR ganó nueve bancas, logrando una más de los ocho que puso en juego. Un dato llamativo fue el corte de boleta en el apartado municipal, en la boleta del FR. La cantidad de electores que votaron a Sergio Massa para Diputado Nacional, pero que cortaron la boleta distrital encabezada por Julio Zamora fue de 13 mil votos. Esto habría generado un malestar en las filas del FR. Es cierto que para Zamora ponerse el traje que deja Massa no es una tarea fácil, no sólo porque no tiene la misma adhesión popular ni la alta legitimidad que tiene el ex Intendente sino porque Massa seguirá siendo el líder, y Zamora, un par entre sus pares, con la consecuente disputa intestina que esta situación conlleva.

        Acción Comunal no pudo renovar ninguna de las dos bancas que ocupaban Hugo Leber y Ana María Ramos Fernández Costa, quienes culminan su mandato el próximo mes. De todos modos, entre las PASO y octubre, se registró un aumento en la cantidad de electores, de 9.938 (5,31 %), a 13.621 (6,83 %). Aún así, el partido vecinalista, que durante dos décadas supo gobernar Tigre de la mano de Ricardo Ubieto, perdió toda representación institucional en el Concejo Deliberante, en una escalada descendente que se inició en el momento de la desaparición física del Intendente Ubieto y la posterior derrota electoral de Ernesto Casaretto en 2007. Pero 20 años al frente de la gestión municipal constituyen un valor y el massismo lo sabe, ya que ha tenido que echar mano sobre los cuadros técnicos de Acción Comunal. Cada vez son más los vecinalistas que ocupan puestos jerárquicos en la administración, en la segunda y tercera líneas, dando a entender que, para que las cosas salgan bien, hay que recurrir a gente con experiencia.

        Las otras bancas opositoras que no se renuevan son las de Unión Federal, a cargo Guillermo García de La Vega, y la que ocupa Luis Cancelo, representando al Frente Popular Democrático y Social (Podemos), que no logró superar las PASO en agosto. Por lo tanto, el lugar de “oposición” que representaban Leber, Fernández Costa, De La Vega y Cancelo – este último fue el más digno en ese rol – en el Concejo Deliberante es el que ahora pasa a ocupar el Frente para la Victoria (FPV) con el ingreso de tres concejales: Federico Ugo, Gustavo Piantino y Roxana López.

        El nuevo actor con representación institucional que irrumpe en el escenario político tigrense es el FPV, el que con un porcentaje cercano a los 19 puntos, se transforma en la única fuerza opositora al massismo. De las PASO a las elecciones del 27 de octubre, el FPV sumó más de seis mil votos, equivalente a un aumento del 3%, lo que le permitió ganar la tercera banca.

        Ante una primera mirada, 3 concejales entre 21 del oficialismo, lleva a pensar que se tratará de una oposición testimonial, y así el resultado quedaría completamente minimizado. Sin embargo, hay que tomar en cuenta que el bloque del FPV será el representante del Gobierno Nacional en Tigre con todo lo que ello implica en términos de apoyo político y gestión de programas y proyectos, a lo cual también se suma la Provincia. Tampoco hay que subestimar la capacidad de movilización social que las organizaciones kirchneristas tienen en los diferentes barrios del distrito. Todos estos condimentos otorgan a este bloque un carácter particular que no lo reduce al número, sino a su habilidad para generar política y debate.

        El FPV registró un importante crecimiento en pocos meses a partir de la construcción de una propuesta electoral que pudiera plantear la unidad de las distintas organizaciones K (Kolina, La Cámpora, el Movimiento Evita y otras), encarnar la representación del espacio kirchnerista en Tigre y presentar una mirada crítica a la actual política municipal, pero a la vez propositiva sobre la orientación de gobierno deseada. Asimismo, la disputa electoral se desarrolló en un escenario complejo, en el distrito a cargo del dirigente principal de los sectores opositores al Gobierno Nacional.

        Durante largos años, tanto con el ubietismo (sacando el período del Frepaso) como con el massismo, el HCD ejerció un rol pasivo, dependiente del Ejecutivo municipal y la mayoría de los pocos concejales “opositores” terminaban siendo funcionales al oficialismo, o se pasaban directamente de bloque, delegando el mandato popular al oportunismo coyuntural, y desdibujando la función de control que se espera del Departamento Deliberativo, el ámbito del pluralismo por excelencia. La realidad indica que la mayor parte de los tigrenses no sabe para qué sirve el HCD y mucho menos quiénes son los concejales, y sólo adquiere cierta visibilidad en la aprobación anual del presupuesto municipal al cual gran parte de la ciudadanía además no tiene acceso.

        El bloque de concejales del FPV ha planteado, durante la campaña, que desde su lugar buscará imprimirle al Concejo Deliberante un dinamismo político que hoy no tiene, y así recuperar su función como órgano representativo de los distintos intereses de la sociedad y como ámbito de debate abierto a la participación ciudadana.

        La reactivación del cuerpo legislativo local, la recuperación de su legitimidad de cara a la gente y la apertura a la participación son algunos de los desafíos que se abren. El pluralismo siempre es enriquecedor, y es un motivo de festejo justamente al cumplirse 30 años de la vuelta a la democracia en nuestro país.

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