El acto se realizó en el local partidario de Los Troncos del Talar para despedir el año y renovar fuerzas de cara al 2011.

El mismo contó con la presencia del ex concejal Juan Urionagüena, un hombre valorado en la fuerza por su trayectoria y relación de respeto mutuo con Ricardo Ubieto. Estuvo acompañado por la edil anfitriona Sabrina Torres, los ex concejales Roberto Romano, Ernesto Girola, Ramón Rago, Beatriz Brandoni, Juan Carlos Vilaqui y José Eguibar entre otros referentes, militantes y vecinos.

Urionaguena reconoció que “Acción Comunal tocó un piso, tuvo desencuentros, deserciones y tiene que haber una apertura. El vecinalismo se va a recuperar, van a surgir personas nuevas y capaces a expresar su posición que le den la envergadura que es necesaria para competir aquí en Tigre”.

Sabrina Torres, por su parte comentó que “tratamos de conformar una idea en común que se llama reapertura, se llama reorganizarnos para empezar un año donde lógicamente van a pasar nuevas cosas porque nunca las pasamos. Esta es la intención con nuevas propuestas que las vamos a ir trabajando”.

Juan Carlos Vilaqui añadió a las palabras de Torres que “se busca crear un espacio donde puedan actuar todos los referentes que quieran, vecinos, colaboradores que se han destacado en campañas y decir acá estamos con vistas al 2011 para trabajar políticamente”.

“Hay que volver a la militancia y a las bases. Acción Comunal no tiene dueño. Ubieto no bendijo a nadie, que quede clarito”, aclaró frontalmente el ex edil benavidense José Eguibar. “Es una alegría que me hayan invitado, acá hay gente que es histórica. Cuando perdimos en 2007, fuimos los que quedamos y le pusimos el pecho, que la gente se acuerde que de los que manejaban espacios de poder, presupuesto y demás no quedó nadie”, agregó sin dar nombres, aunque no hizo falta que lo hiciera.

Otro referente, de los más jóvenes, Iván Bauzá, expresó que “muchos de nosotros de alguna manera fuimos dejados de lado, no fuimos escuchados y ahora nos hemos juntado para despedir el año lo que nos llena de alegría porque no nos fuimos del partido sino de una conducción. Por suerte hoy, mucha de la gente que está acá confía en la expansión, en la apertura y en el diálogo”.

Un detalle a destacar es que el clima fue festivo, con música de fondo, con un malabarista en zancos, vestido de verde y blanco repartía volantes, sandwiches, bebidas y las copas para el brindis, todo muy cuidado.

El otro dato es que en todo momento reinó la moderación, las declaraciones fueron medidas sin ánimo de generar polémicas, pero aunque lo negaban, se respiraba un clima refundacional. La convocatoria por sí sola reflejaba un mensaje de cierta autonomía para quien lo quisiera interpretar.

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