“Fue nuestro sacerdote, hermano y amigo”

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Aniversario del asesinato del Padre “Pancho”

A 34 años de su asesinato, el Padre Pancho continúa siendo un ejemplo, digno de recordar, de humildad, de voluntad de servicio y de lucha contra las injusticias en una sociedad que se caracteriza por la frivolidad y el individualismo. Consecuente con su discurso, con su obra y con la palabra de Dios que predicaba desde el púlpito, el Padre Pancho dedicó su vida a los pobres y su férreo compromiso le costó la vida. Su versículo preferido era: “Si el grano de trigo no muere, no puede dar fruto”.

 

Francisco Soares nació el 27 de mayo de 1921 en San Pablo, Brasil, y en 1924, junto con sus padres y sus hermanos se traslada a Buenos Aires, instalándose en Santos Lugares. Los estudios primarios los cursó en Santos Lugares, en 1932 viaja a Caupolicán, Chile, para estudiar en la Escuela Apostólica y seis años después, parte a Francia para iniciar el Noviciado y para estudiar Filosofía y Retórica Superior. Más tarde, en 1942, inicia los estudios superiores de Sagrada Teología en Vizcaya, España, y los termina en Villa Devoto. Finalmente, el 8 de julio de 1945, es ordenado sacerdote, y entre 1949 y 1953, da sus primeros pasos en las Parroquias San Martín de Tours y Nuestra Señora de las Mercedes de Barrancas de Belgrano.

En 1953 es nombrado guía y maestro de novicios en Los Andes, Chile, y en 1958, ingresa al monasterio Gran Trapa de Orne de Francia. En 1959, por la orden a la que pertenecía, la de los Padres Asuncionistas, es nombrado Superior y Párroco de Valparaíso en Nuestra Señora de Lourdes, un santuario prominente, con miles de feligreses, escuelas y empleados, pero el Padre Pancho decide abandonar esta orden y dedicarse a trabajar por los más pobres. Esta decisión cambiaría el rumbo de su vida y lo llevaría a los barrios humildes de la zona norte del Conurbano Bonaerense.

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