La salud no se negocia

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Promover políticas efectivas de control de tabaco. Organizaciones de 12 países de América Latina, comprometidas con la prevención de la salud, se reunieron en la ciudad de Buenos Aires. Alertan sobre las acciones de tabacaleras para evitar controles.

 

        Pocas veces se dice que el consumo de tabaco provoca, en el mundo, millones de muertes anuales, con el consiguiente impacto a nivel sanitario, social, ambiental y económico. Es posible, sin lugar a dudas, hablar de epidemia de tabaquismo.

        El objetivo de la industria tabacalera es ganar plata y, para esto, no duda en obstaculizar la implementación de políticas de salud y/o presionar a diversos actores sociales.

        En América Latina, si bien se han desarrollado políticas de control de tabaco, la mencionada industria (que fabrica y comercializa un producto altamente adictivo que causa enfermedad y muerte) logra ejercer influencia en el debate público, debido a su poderío económico, y se las ingenia para incorporar nuevos públicos al mal hábito de fumar.

        Organizaciones de la sociedad civil, comprometidas con la promoción y prevención de la salud, vienen desarrollando continuas acciones para contrarrestar las interferencias de la industria tabacalera, que permanentemente descubre grietas para atentar contra la salud pública.

        Entre esas acciones, la Fundación InterAmericana del Corazón, filial Argentina, organizó el 22 y 23 de abril, en Buenos Aires, un taller al que concurrieron 12 países de América Latina. Allí se analizó y compartió información sobre el accionar que la industria tabacalera despliega con el fin de obstaculizar las medidas de control de tabaco. En la declaración final se destacó que, si bien la mayoría de los países ratificaron el Convenio Marco para el Control del Tabaco (CMCT) de la Organización Mundial de la Salud, hay 4 que aún no lo han hecho: El Salvador, Cuba, República Dominicana y Argentina.

 

A fumar a otra parte

        En América Latina, Argentina es el 2do. productor de tabaco, consumiéndose internamente el 20% del total de la producción. Dos son las empresas dueñas del mercado: Philips Morris International-Massalin Particulares (73%) y British American Tobaco-Nobleza Piccardo (23%). El consumo anual de cigarrillos per cápita es de 1014 unidades (en México es de 371 unidades; en Colombia, 412; en Brasil, 504).

        Después de 40 años de “impedimentos” para reducir la epidemia del tabaquismo, en 1992 se aprobó una ley que fue vetada dos semanas después debido al accionar del lobby tabacalero. Aún hoy, esta influencia ha logrado que Argentina sea el único país de Sudamérica, y uno de los pocos del mundo, que no ha ratificado el CMCT (propone la búsqueda de alternativas económicamente viables para trabajadores y cultivadores y reconoce la importancia de la asistencia técnica y financiera en este ámbito).

        Quienes frenaron la ratificación del Convenio son: legisladores de las provincias tabacaleras – y productores tabacaleros ellos mismos, como Juan Mazzone; sindicatos y asociaciones de tabacaleros; asociaciones de hoteleros y gastronómicos; representantes de salas de juego. A ellos, las compañías transnacionales les “prestan” sus argumentos, es decir que es raro que éstas últimas den la cara directamente.

        Como alternativa a la postergada ratificación y gracias a la presión de una Coalición de asociaciones de la sociedad civil, integrada, entre otras, por la Alianza Libre de Humo de Tabaco Argentina (ALIAR), el 1° de junio de 2011 se sancionó la Ley de Control de Tabaco 26.687 que contempla la implementación de ambientes 100% libres de humo en espacios cerrados de acceso público y lugares de trabajo, la inclusión de advertencias sanitarias con pictogramas en los paquetes de cigarrillos y restricciones en la publicidad.

        Aún así, todavía hay que seguir protegiendo la salud de la población, por eso el 31 de mayo se celebra el Día Internacional sin Tabaco.

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