Sometidas por el pánico

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Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. Después de años de padecimiento, se atrevió a denunciar. Con el acompañamiento de profesionales y mujeres con la misma experiencia, Flora Calcagni logró revertir su historia. Forma parte del grupo de Mujeres Emprendedoras de Tigre y, por fin, hace lo que le gusta.

        “Sos una inútil, si no estoy yo te morís de hambre, vos sola no podés nada, no podés, no podés….”. Esto no es el guión de un teleteatro, son los agravios que escuchaba todos los días Flora Calcagni y que siguen escuchando muchas mujeres, víctimas de violencia de género. Pero un día, Flora tomó coraje, hizo la denuncia y logró cambiar su vida y la de sus hijos. Ahora puede decir: “Nadie se merece vivir así”.

 

“Las cosas van en aumento”

        El 25 de noviembre, en todo el mundo, se realizan acciones por el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. Aunque el tema ya ha logrado difusión pública, aún se escucha decir a algunas personas: “Están así porque les gusta, les gusta que les peguen”. Cuando Flora oye esto, cada vez que puede, interviene y aclara: “No es así, una está sometida por el pánico y la constante amenaza ‘te voy a sacar a los chicos’”.

        Según la experiencia de Flora, que desde hace 3 años participa en el programa de Fortalecimiento Familiar del Municipio de Tigre, la mayoría de las mujeres que llegan a los grupos tienen una característica: están solas. “El golpeador nos elige; una está sola en el mundo y le queman la cabeza diciéndole que es una inútil, lo repiten tantas veces que, al final, una termina creyéndolo”. Por supuesto, la familia del golpeador no colabora y, por el contrario, llegan a decir que la culpable de todo es la mujer que recibe los malos tratos.

        La vida de sometimiento de estas mujeres sólo conoce gritos, golpes, amenazas, aislamiento, encierro, por esto Flora advierte: “Ante el primer grito, no es que se puso nervioso, las cosas van en aumento, primero el grito, después la degradación, después los golpes”.

        “Empecé a trabajar, me llamaba mil veces por día, camino al trabajo ya me llamaba, le tenía que mostrar los boletos”; finalmente, hizo la denuncia en la comisaría, en tribunales y logró la exclusión: “Cuando tenía que llamar al 911, era tanto el pánico que no podía agarrar el celular. Él después decía en Tribunales: ‘Fíjese si llamó al 911’, pero yo no llamaba no porque no quisiera, no llamaba porque no podía”.

        Una vez hecha pública la situación, Flora encontró aliados: “Un día me estaba esperando en la esquina, yo no sabía si me iba a matar, pero llamé a un vecino y cuando llegué a la puerta de mi casa, había 5 personas que me estaban esperando”.

        Flora está convencida de que a estos sujetos “hay que sacarles la careta”. Efectivamente, la mujer debe denunciar y quienes están a su alrededor deben intervenir para no tener que arrepentirse luego.

 

No enfrentar, denunciar

        “En esos largos tiempos en que estamos sometidas, no podemos hacer nada y menos dedicarnos a nosotras ni medio segundo al día, sólo tenemos que ocuparnos del marido, los hijos y la casa. Pero somos personas que nos merecemos hacer lo que nos gusta, yo siempre había querido hacer aquagym y no podía, ahora lo hago porque no tengo a nadie que me controle”.

        Después de la exclusión del golpeador, Flora y sus hijos empezaron, por fin, a disfrutar del hogar: “Antes no se podía vivir libre dentro de la casa, cada uno tenía que estar en su cuarto sin hacer ruido para que él no se enojara, por nada se armaba un lío”.

        Actualmente, Flora tiene dos trabajos, uno como artesana. “Empecé a pintar como terapia, después se convirtió en un trabajo. Todo nació un 25 de noviembre hace dos años, cuando nos invitaron para hacer una feria en la estación fluvial”.

        La Feria de Mujeres Emprendedoras de Tigre es un programa que pertenece a la Dirección de Políticas de Género y Violencia Familiar; es un espacio abierto a todas las mujeres de Tigre que sepan hacer artesanías y quieran desarrollar un emprendimiento económico. Están en la plaza de Pacheco el 2do. y 3er. fin de semana de cada mes.

        En esta nueva etapa de su vida, Flora puede sonreír y aconsejar a mujeres que están pasando por una situación de violencia: “No se debe enfrentar nunca al violento, porque un mal golpe, mata. Hay que hacer la denuncia, pero calladita. Ahora dan la exclusión en dos días, porque apartar el problema de la casa es importante, así la cabeza puede pensar de otra manera”.

        La violencia contra la mujer adopta muchas formas: sexual, física, económica, psicológica, simbólica. Actualmente, los medios de difusión ayudan a propagar esta epidemia. Enraizada en la cultura machista, la violencia de género no conoce diferencias sociales, culturales ni étnicas. Para erradicarla, es necesario construir relaciones de igualdad entre todos los géneros.

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