Fuera Victorica de la costanera de Tigre

Los nombres de las calles no son ingenuos. Durante el fin de semana, quienes salían y entraban de la estación de tren de Tigre podían ver una gran bandera argentina con la inscripción Nunca Más. De esta manera, el Municipio de Tigre hizo su homenaje en el Día de la Memoria. También hay que tener memoria para los genocidios perpetrados en el siglo 19. Por esta razón, la Comunidad Indígena Punta Querandí reclama el cambio de nombre del Paseo Victorica.

Caminar por el Paseo Victorica es un clásico del fin de semana de vecinos y visitantes de Tigre. Y como la mayoría de esos caminantes no saben quién fue el general Benjamín Victorica, la Comunidad Indígena Punta Querandí, desde hace 6 años, realiza una jornada de resistencia cultural para promover el cambio del nombre de este Paseo y visibilizar un genocidio del que poco se habla: entre 1881 y 1884, Benjamín Victorica condujo el genocidio de los pueblos originarios que habitaban el Gran Chaco.

Con la presencia de grupos musicales, artistas plásticos, artesanos y representantes de variadas organizaciones que apoyan esta iniciativa, transcurrió la tarde en la explanada de ingreso a la estación de trenes de TBA. Entre toda la actividad cultural, también se informó sobre el avance de los emprendimientos inmobiliarios que destruyeron gran parte de los humedales del río Luján, generando la pérdida de un patrimonio ambiental que pertenece a todos los argentinos. En este sentido, la Comunidad Indígena Punta Querandí resiste en un pequeño territorio del cual se quiere apoderar el empresario Jorge O’Reilly, dueño de la empresa EIDICO.

Cuando ya el sol empezó a declinar, se dio inicio a la Ceremonia del Agua, introducida por Alberto Aguirre: “Cuando hacíamos esta ceremonia en la costa del río, mi abuela decía que era una limpieza espiritual. Nos recordaba que los seres humanos somos como el río: por momentos, mansos; por momentos, turbulentos. Pero siempre tenemos que tratar de volver al cauce, como el río”.

Los participantes se unieron en un gran círculo y Santiago Chara, de la Comunidad Quom Cacique Ramón Chara -de Benavídez- fue pasando con una vasija llena de agua para ofrecer energía y dejar, también, en ella, todos los pesares. “Al depositar en el agua todas nuestras inquietudes, el río se lleva todo y nos muestra cómo seguir en cauce”, dijo Alberto, también de la comunidad quom.

Por su parte, Reinaldo Roa, de la comunidad guaraní, recordó a los presentes que la Tierra corre serios riesgos porque permanentemente se la está atacando. “Para nosotros el agua es fundamental. Los guaraníes vivimos en los bañados, siempre donde hay agua. Cuando estamos en la panza de la madre, estamos en el líquido. Hacemos la ceremonia para agradecer al agua”.

Con sus pies descalzos, Santiago Chara devolvió el agua al río Tigre. Allí se fueron los pesares y cada uno renovó el compromiso de luchar por un mundo mejor.

Deja una respuesta