La Revolución de la Cuchara

Ni con la pluma ni con la espada. Si querés proteger a los animales, no los lleves a tu plato. Una dieta responsable tiene consecuencias políticas, económicas y sociales. Para enterarte sobre esta nueva revolución, entrá a www.revolucioncuchara.com.ar

 

        La sensación de que muchas cosas están cada vez peor recorre el mundo desde hace muchas décadas. Hacia el camino del cambio, algunos tomaron armas que mutilan; otros, un arma que no pincha ni mata: la cuchara.

        En este caso, la transformación no se promueve desde la política tradicional; la transformación pasa por la comida, por lo que ponés en tu plato. Y no se trata de una propuesta ingenua y romántica, no; es una propuesta basada en la íntima relación entre la comida y la economía, la política y el deterioro del medio ambiente.

 

Que la información circule

        La Revolución de la Cuchara nació en Colombia; actualmente está presente en más de 40 países y, desde hace 5 años, llegó a la Argentina. “Nació en Isidro Casanova y ahora se extiende por todo el país. Uno puede revolucionar sólo con lo que come, pero lamentablemente muchas personas no saben que su dieta tiene consecuencias políticas, económicas y sociales”, explicó Hernán Salatta, activista de la cuchara.

        Esta agrupación promueve el veganismo, la conciencia ambiental y la formación de hábitos de vida saludables.

        El consumo de carne hace sufrir a muchos seres, deteriora el medio ambiente y sólo beneficia a un pequeño sector de la sociedad que lucra con la ganadería. A la carne, hay que agregar todos los productos lácteos: “La vaca es un animal que, en estado natural, vive entre 20 y 22 años; pero la vaca de tambo, a los 4 años, ya tiene que ir al matadero porque está descalcificada. Es una vaca sistemáticamente violada por inseminación artificial; se la picanea para que largue toda la leche porque, naturalmente, la vaca guarda leche para el ternero. Así que la vaca sufre, durante años, una tortura continua. Al ternero, apenas nace, se lo separa de la madre, se lo mantiene atado, se lo engorda con leche de soja y pastura, pero no se lo deja caminar”. Si querés saber más sobre el trato cruel que sufren las vacas, ingresá a www.miralatierra.com

        La ingesta de carnes es una práctica cultural, promovida y explotada por fuertes intereses económicos, pero “el rechazo a este tipo de alimentación es cada vez mayor, continuamente encontramos más gente vegetariana, incluso entre personas mayores. Yo pensaba que la última persona en hacerse vegetariano sería mi padre, de 78 años, que para las fiestas invitaba a comer un cordero. Hace un año que es vegetariano, empezó por un tema de salud y, aunque sea un poco por egoísmo, ya no lleva animales a su mesa”, contó Hernán (37) que es vegano desde hace 3 años, por lo cual no usa lanas, ni cuero, ni pieles, ni alimentos cárnicos, ni huevos, que son el producto de campos de concentración de millones de gallinas.

        La Revolución de la Cuchara organiza charlas y clases de comida vegana entre públicos que van desde Fuerte Apache hasta la Universidad de Palermo. “Queremos que la información circule, porque la gente debe saber de dónde viene lo que consume”.

        No tenemos derecho de privar a los animales de su libertad, de someterlos a existencias tortuosas ni a experimentar con ellos, ni a explotarlos para diversión. Frená la muerte, celebrá la vida.


Entre los días de celebración internacional, los festejados especialmente por los veganos son: 20 de marzo, Día Internacional sin Carne; 1° de noviembre, Día del Veganismo; 10 de diciembre, Día de los Derechos para Todos los Animales.

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