“Cualquier persona que escuche, puede hacer música”

La movida de Pacheco, Escuela de Música Popular Eduardo Mateo

Desde hace dos años, en el Club Pacheco (Santiago del Estero 185) funciona la Escuela de Música Popular Eduardo Mateo, dirigida por Laura Mistura. Talleres de canto individual y coral, instrumentos y un espacio de artes plásticas tienen la misma lógica: indagar y desarrollar la creatividad personal. El mes de octubre está dedicado al cuidado e higiene de la voz y una de las invitadas para tratar este tema será Liliana Herrero.

 

        A partir del cuarto mes de gestación, el ser humano escucha, es decir que la audición es el primer sentido en desarrollarse. “Durante 5 meses se percibe un ritmo binario perfecto, el corazón de la madre; se perciben las vibraciones del agua, de los órganos. Estamos inmersos en un mundo sonoro que nos conecta con nuestra historia”, explicó Laura Mistura, directora de la Escuela de Música Popular Eduardo Mateo. Vinculado con esto y al mismo tiempo con su experiencia docente, Laura afirma: “Todo el tiempo transmitimos el mismo concepto: cualquier persona que escuche, puede hacer música”. Por eso, los tímidos, los indecisos y los que viven postergando su disfrute personal, en la escuela Eduardo Mateo encontrarán un espacio donde desarrollar la creatividad musical.

 

Aprender desde el juego

        Laura dejó bien aclarada la diferencia entre su escuela y un conservatorio: “Ellos tienen un desarrollo académico desde la música clásica, el aprendizaje se realiza por repetición y tienen un método de calificación a través de pruebas. Nosotros rompemos con eso, trabajamos desde la música popular (tango, folclore, jazz, rock) y, como somos constructivistas, entendemos el aprendizaje como construcción, no tenemos exámenes tradicionales y trabajamos desde el juego que habilita la creatividad”.

        En la escuela Eduardo Mateo se aprenden distintos instrumentos (guitarra, violín, bajo, batería) y canto, con una especialidad peculiar: coral de murga. Las clases de canto están a cargo de Laura, que con su potente voz, indicó: “Hago especial hincapié en la manera de decir. Prefiero que mis alumnos desafinen un poco o le pifien a una nota, mientras que digan de manera tal que conmuevan”. Por otro lado, el taller de canto coral está a cargo de Jesús Fernández, el conocido cantor de las murgas uruguayas Falta y Resto, La Gran Muñeca, La Mojigata; por supuesto, preparan temas de murga.

        Quienes estudian un instrumento, tienen también lenguaje musical y ensamble que “es lo más difícil porque es tocar con otro. En este sentido, la música trabaja la tolerancia, los tiempos de espera”. Para los más pequeños, Laura sugiere que la práctica de instrumento sea partir de los 9 o 10 años porque esta más desarrollada la psicomotricidad fina y los tiempos de atención; con ellos utiliza el método Orff: “Hacemos trabajos maravillosos con la caja toráxica, los pies, las palmas, la boca. Laburar en colegios sin recursos materiales, como en las escuelas de islas, da mucha experiencia”. En el próximo verano, los niños tendrán posibilidad de realizar estos juegos sonoros en la colonia musical que funcionará en la escuela Eduardo Mateo.

 

Siempre más

        Motivada por los desafíos, Laura organiza actividades culturales, permitiendo que los pachequenses tomen contacto con músicos famosos: “Me interesa que la gente conecte con íconos de la cultura, que camine 3 cuadras y se encuentre con ellos”. Fue así que, en mayo de este año, Daniel Maza dio una clínica de bajo y en septiembre se inauguró un mural dedicado a Luis Alberto Spinetta y como invitada estuvo Claudia Puyol que cantó canciones del flaco.

        Octubre será el mes dedicado a la voz: “Habrá clínicas de cuidado e higiene de la voz, seminarios, encuentros, charlas. Además vamos a presentar un audiovisual sobre la canción para el que entrevistamos a Peteco Carabajal, Luis Pescetti, Jesús Fernández”. El 26, Liliana Herrero – madrina de la escuela – dará una charla sobre el tema y responderá preguntas; la actividad es libre y gratuita.

        Con la misma lógica de la escuela – indagar y desarrollar el estilo propio – y porque todas las artes tienen un punto de contacto, en la institución funciona Espacio Madi, dedicado a las artes visuales. “Este año incorporamos un taller de iniciación a la mirada fotográfica. Tenemos clases de escultura, pintura, el año próximo se agregará cerámica”.

        Finalizando, Laura aclaró que lo popular no sólo tiene que ver con los ritmos musicales en los que se pone el acento, sino también con los precios que se manejan en la institución, que, además, tiene un convenio con SUTEBA, así que maestr@s y profesor@s ya tienen un espacio para aclarar la voz y cuidar las cuerdas vocales.

 

Foto: Fabián Poggi

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