El capricho, Ana y Julián

La primera novela de Darío Peñalva. Escribe como hobby desde hace años. La novela que presentó en Sudestada la terminó hace un año y medio; al retomarla, se decidió por su publicación. Hizo todo solo y a pulmón, por eso el éxito de la presentación lo llenó de felicidad.

 

Un joven arquitecto decide pasar un tiempo en las soledades del Delta para… Y para saber más, hay que leer la novela El capricho, Ana y Julián, de Darío Peñalva, un vecino de Rincón que sorprendió a todos con la edición de su primer libro.

Con mucha espontaneidad, Darío contó que hace mucho tiempo que escribe, en general «cuentos cortos, historias chiquititas», pero, con este libro, se entusiasmó y siguió escribiendo; cuando lo terminó, sintió un poco de tristeza porque se había compenetrado con los personajes. Lo dejó descansar un año y medio y, al retomarlo, inició el camino de la edición.

«Nadie sabía que tenía terminada esta novela y la estaba editando, ni siquiera mi esposa», contó Darío. Se lanzó a la aventura sin compartirla, así como su arquitecto se fue a la isla sin avisarle a nadie… mmmm ¿será por esto que muchos dicen que el protagonista de la novela se parece a él? «Yo soy muy amiguero y el protagonista también, pero no soy yo», aseguró el entrevistado.

Para la presentación eligió la Fundación Sudestada; tocó timbre, expuso su idea y le dieron luz verde. «La última vez que fui a Sudestada para terminar de arreglar todo, fui con mi nene porque tuve que salir a hacer compras y mi señora me dijo ‘Bauti va con vos’. Entonces fuimos y el nene no entendía nada, estaba sentadito y un empleado le dijo ‘no digas nada’. En el auto, me dijo ‘¿es en serio, no me estás jodiendo?’. Se quedó sorprendido».

También se quedó sorprendida su esposa cuando le regaló el libro y una tarjeta digital. «Hice una tarjeta y se la envié a mis amigos. Muchos no saben que escribo, entonces me decían ‘che, ¿y esto?'».

El 21 de octubre hizo la presentación; familiares, amigos, compañeros de trabajo, también el director de la empresa donde trabaja, acudieron a la cita. «Es un momento muy especial, uno no habla siempre para la familia y los amigos, entonces está entre que se quiebra y no, por eso traté de hacerlo lo más rápido posible. Uno empieza a acordarse de gente en ese momento y es muy difícil».

Después comenzaron a llegar las devoluciones. «Mucha gente, que no leía hacía mucho, me dijo que se enganchó con mi libro y lo pudo terminar». O sea que logró uno de sus objetivos: escribir una novela corta para que el lector no se quede a mitad de camino; otro objetivo: una historia amable, ideal para las vacaciones, por eso promete hacer una nueva edición.

Ahora se está preparando para una nueva presentación en Corrientes capital para el mes de marzo y, además, ya tiene en elaboración su segunda novela y, esta vez, no es un secreto.

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