Cantan y componen en clave de compromiso. Berenice Santillán y Gabriel Duarte conforman Paralelo Dúo, un grupo sanfernandino que inició su vida artística en 2008. Sin estridencias, interpretan temas del folclore tradicional con un estilo propio.

Que Argentina tiene géneros musicales hermosos, es innegable. Que San Fernando es cantera de artistas, también lo es. Y Paralelo Dúo es la conjunción de sanfernandinos talentosos y ritmos nativos, con un toque citadino.

Berenice Santillán y Gabriel Duarte son hijos de santafesinos, de ahí que “la cuestión litoraleña esté muy impregnada en nuestro oído”, explicó Gabriel. Además tienen una madre cantante de tango, Olga Santillán; un abuelo santiagueño que bailaba y cantaba coplitas en quechua, entonces “esto explica por qué nos surgió cantar chacarera o zambas. Después uno empieza a investigar y se encuentra con poetas y compositores que le han dado un color hermoso a nuestra música. A lo largo de nuestro mapa hay ritmos que nos deslumbran, quisiéramos abordarlos todos. Nos sentimos muy orgullosos de la música argentina”, dijo Gabriel, rasgando su guitarra.

Trabajar para el arte

Con voz intensa, Berenice contó que escuchó cantar a su madre desde pequeña, ya que la llevaba “de un lado para otro y como ella cantaba generalmente de noche, la escuchaba y después me dormía”. Aprendió técnica de respiración con ella y tomó clases con algunos maestros, entre ellos Cecilia Pasos, “gran cantora de Tigre”, acotó su hermano.

Por su parte, Gabriel se reconoce autodidacta en el oficio de tocar la guitarra.

Ambos son compositores: “Nos fue surgiendo la necesidad de poner en palabras cosas que nos ocurren y también la manera de pararnos ante este tiempo. Sabemos que tenemos una herramienta, asumimos esa responsabilidad y la ponemos al servicio de la comunidad y la cultura. Tratamos de escuchar qué nos dice la música y la vida”.

En esta senda de creatividad y compromiso, Paralelo Dúo sacó su primer CD en 2012. “Fue el inicio de un largo camino de aprendizaje”, señaló Gabriel, ya que es una producción independiente. Es decir que, como muchos otros grupos, también ellos han elegido el camino de la soberanía sobre sus propias producciones que, si bien es arduo, también es generador de encuentros no sólo con pares, sino también con públicos que están ávidos de nuevas propuestas.

“Nosotros trabajamos para el arte. Más allá de sacar un beneficio económico, la música nos alimenta espiritualmente. Sentimos que es algo que tenemos que dar. Después recibimos – porque la vida devuelve – y entonces tenemos la posibilidad de hacer trabajos; hay gente que nos llama porque valora nuestro trabajo”. Es así que se los puede ver en peñas o en espacios culturales como Bar de Arte (Constitución 1241) o Alas Salas de Ensayo (3 de Febrero 117) donde estarán el 27 de noviembre junto a Lucas Valenzuela, cantor de Beccar. Sin dudas, una fecha para agendar.