La reforma neoliberal

Desde el 2016, la educación técnico profesional ha sido desfinanciada. Un fondo educativo propio que fue subejecutado. Menos horas de clases, materias que se eliminan, una formación específica que dejaría de ser tal. La comunidad educativa de las escuelas técnicas se encuentra en estado de alerta y movilización para evitar un nuevo atentado a la educación pública.

Con una encuesta on line, la Dirección de Educación Técnica de la provincia de Buenos Aires pretendió darle un barniz “democrático” al bestial vaciamiento educativo que pretenden imponer en la educación técnica; el intento de llevar a cabo ese relevamiento se realizó los días 16 y 17 de julio, o sea los dos primeros días del receso escolar; la participación en esas jornadas, desde luego, no era obligatoria. Más condimentos para definir a esta encuesta como una payasada, imposible.

El Frente de Unidad Docente de la provincia de Buenos Aires fue contundente en su respuesta: los docentes no se prestan a una maniobra que encubre una política de desmantelamiento de la educación técnico profesional.

Quienes tuvieron la obsesión de los 180 días de clases, ahora intentan reducir 1476 horas de la escuela técnica, es decir 210 días menos en los 7 años de formación. Esto daría como resultado la obtención de títulos precarios, ya que los egresados en estas condiciones no cumplirían con los requisitos exigidos por el colegio de técnicos profesionales.

Cerrar industrias y vaciar la escuela técnica son dos aspectos que forman parte de una política perfectamente pergeñada, que tiene un único objetivo: destruir el aparato productivo nacional.

¿Y el Fondo de la educación técnica?

Durante la década de los 90 se destruyó la escuela técnico-profesional. La tradicional formación que permitió que varias generaciones de argentinos egresaran orgullosos de las escuelas que se originaron a partir de la irrupción del peronismo, no se pudo salvar del embate neoliberal, encabezado por Carlos Menem y Domingo Caballo.

En el 2005, con la sanción de la ley 26.058 se inició un nuevo camino; se regularizó la educación técnico profesional en el nivel medio y superior no universitario y la formación profesional; y se estableció un Fondo Nacional específico del 0,2% de los ingresos corrientes del presupuesto nacional, independientemente de los recursos asignados al Ministerio de Educación.

“Este Fondo es similar al que tienen muchos países industrializados y permitió que la educación técnica creciera, entre 2006 y 2015, casi al doble en todo el país. En el año 2016, los datos oficiales indican que sólo se ejecutó un 17% de este Fondo”, dijo Gerardo Marchessini, ex Director de Educación Técnica Profesional de la provincia de Buenos Aires, entre 2011 y 2017.

Como ya se sabe, la educación técnico-profesional requiere una inversión sistemática tanto en equipamiento como en recursos humanos. En el 2016, la desinversión fue de un 83%; los números del 2017 aún no se tienen, pero se advierte lo mismo. Esta desinversión compromete a 2 o 3 generaciones. “Si además se baja la calidad educativa porque se restan horas de clase, estamos volviendo a la década de los 90, cuando los pedidos laborales decían ‘egresados de tales años abstenerse’”.

Durante su campaña electoral, en 2015, mauricio macri dijo “no vamos a cambiar nada de lo que está bien hecho”. ¿Qué pasó?

Menos horas en la escuela

Con el nombre de Nueva Educación Secundaria Técnica, el gobierno de María Eugenia Vidal pretende modificar drásticamente la escuela  técnica, transformando a sus estudiantes en mano de obra “gratuita” durante un año.

“Actualmente, cada institución educativa busca empresas para que los estudiantes hagan sus prácticas, que están todo el tiempo supervisadas por docentes. Esto ya es mano de obra barata y lo va a ser aún más, porque dejan de tener injerencia los colegios, ya que las prácticas profesionalizantes pasan directamente al Ministerio de Trabajo. Ya no dependen de los profesores, dejan de ser espacios educativos porque no tienen soporte de los profesores”, explicó Roberto Juárez, profesor de taller de la Escuela Técnica n° 5 de Tigre.

La inconsulta reforma elimina materias, por ejemplo Construcción de la Ciudadanía y Derechos del Trabajador; unifica áreas de conocimiento como Historia y Geografía, asignándoles menos horas y crea una materia muy estilo PRO, “habilidades socioemocionales”. Seguramente, esta nueva materia será para “crear argentinos que sean capaces de vivir en la incertidumbre y disfrutarla”, como dijo esteban bullrich cuando fue ministro de educación; en ese momento, el ministro estaba hablando en el Foro de Inversiones y Negocios. Qué lugar poco propicio para un ministro de educación!

En relación a los contenidos, Marchessini también informó que estaría en juego la soberanía estatal en la formación de los jóvenes, pues la nueva ley autoriza a las empresas a proponer contenidos para las currículas.

La eliminación y reducción de materias, tanto de teoría como de taller, da la escalofriante cifra de 1476 horas menos de clases. Sí, quieren que los estudiantes tengan menos horas de clases. Qué raro! ¿Así es la educación del siglo 21?

“Si esta reforma se concreta, los títulos ya no cumplirían con los requisitos para ser homologados como técnicos profesionales. Existen cargas horarias, campos de formación y una serie de contenidos que son requisitos para la incumbencia profesional”, señaló el profesor Juárez y puso un ejemplo: “Actualmente, los egresados como técnicos electromecánicos de la Técnica 5 firman planos eléctricos de un subsuelo y 3 pisos. Esto quedaría anulado con la reforma”.

La pretendida reforma retoma el espíritu de la producida en la década del 90 y la profundiza, por lo cual es evidente que los recortes que se promueven no son para mejorar la calidad educativa, sino para empeorarla. Que esto no suceda, es el objetivo de la comunidad educativa.

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