Faltan controles o sobra ineficacia

Negocios de venta de animales en la zona de Canal. A 6 meses de haber asumido, la nueva gestión municipal no ha dado muestras claras de querer modificar las condiciones de vida de los animales en ese distrito. Sin títulos ni cargos, las proteccionistas trabajan silenciosamente, demostrando que el que quiere, puede.

 

Los vecinos de San Fernando y Tigre están unidos por la zona conocida como Canal. Muchísimas personas recorren a diario esas calles – Constitución, 3 de Febrero, Colón – comprando todo lo imaginable: remedios, ropa, comida, animales. Estos últimos son los que especialmente nos interesan y en particular los plumíferos que sobreviven hacinados en pequeñísimas jaulas.

Sin lugar a dudas, las personas que se dedican a este indigno comercio no adhieren a la Declaración Universal de los Derechos de los Animales, son insensibles al sufrimiento que produce el encierro – a todo ser vivo – y desconocen que los animales – tengan 2 o 4 patas, o no tengan ninguna – son sujetos de derecho (el art. 1° de la ley 14.346 del 5 de noviembre de 1954 dice: “será reprimido, con prisión de 15 días a un año, el que infligiere malos tratos o hiciere víctima de actos de crueldad a los animales”).

Este hecho cotidiano de ver a muchos animalitos sufrir, encerrados en una jaula, además de provocar dolor nos conduce a varias preguntas: ¿qué actividades realiza la Dirección de Zoonosis de San Fernando?, ¿jamás pasa por allí un funcionario público?, ¿nadie tiene control de policía sobre estos casos?, los inspectores de comercios ¿controlan sólo los papeles?, los concejales ¿no han pensado en legislar sobre el tema? Estas preguntas no consiguieron respuesta.

 

Muchas leyes y pocas acciones

En la 4° reunión de la Región Metropolitana Norte, los intendentes – entre ellos Andreotti – trataron la aplicación de la ley provincial 13.879 que obliga a los municipios a utilizar la castración para controlar la superpoblación animal.

Debemos recordar, además, que el decreto presidencial 1088/11, por el cual se crea el Programa Nacional de Tenencia Responsable y Sanidad de Perros y Gatos, establece que la esterilización quirúrgica es “la técnica más eficaz y correcta de control de la población animal, además de ser la más adecuada para una utilización razonable de los recursos públicos”. Recomienda que las funciones de los Centros de Zoonosis se realicen tanto “en la sede como en otros puntos estratégicos o móviles”, entendemos que es para facilitar el acceso de todos los tenedores de animales a este servicio. Se aclara también que dicho Programa prestará asistencia a los municipios.

Numerosos vecinos de Tigre, que utilizan los servicios del Centro de Zoonosis de este Partido, se encuentran, allí, a diario, con vecinos de San Fernando. ¿Por qué los sanfernandinos utilizan los servicios del Centro de Zoonosis tigrense? Las respuestas son contundentes: “Nos dan turnos con 2 meses de retraso”, “sólo castran 4 animales por día”, “piden que tengan todas las vacunas”.

Conocidas son, entre las protectoras locales de uno y otro municipio, las denuncias por mal trato a los animales en el Centro de Zoonosis de San Fernando; conocida es la ineficacia de las campañas de castración móvil de ese Partido; conocidos son los reclamos que hacen los vecinos – incluso públicamente al intendente Andreotti el día 5 de junio en plaza Mitre – para que se mejoren las condiciones en que se encuentran los animales hospedados en el Centro de Zoonosis de su Municipio.

Lo que no pudimos conocer son las respuestas a estas y otras preguntas por parte de la actual directora de dicho Centro que, además de irse de vacaciones poco después de asumir sus funciones, cancela su entrevista con este medio una hora antes de lo previsto.

Sabemos que dicha funcionaria trabaja desde hace décadas para el Municipio y que aprobó las actuales jaulas en que sobreviven los perros allí encerrados; sabemos que es reconocida como una de las personas que pone obstáculos a las campañas masivas de castración; sabemos que formó parte de la mala costumbre de eutanasiar animales. ¿Podrá, ahora, llevar adelante un proyecto de bienestar animal?

 

Después de trabajar durante muchos años cada una de manera independiente, un grupo de mujeres sanfernandinas decidieron, en el 2008, formar una asociación civil, Proteccionistas de San Fernando.

Se pusieron como objetivo principal realizar campañas de castraciones masivas. Se presentaron a varios Presupuestos Participativos y ganaron y así hicieron, en conjunto con la gestión anterior, 2500 castraciones. Ahora, ya hace más de un año que siguen haciendo las campañas por propia cuenta, llevando más de 800 animales castrados.

Han recorrido prácticamente todos los barrios humildes del Partido: San Rafael, Villa Federal, Carupá, San José, San Martín, Alsina.

Su modo de operar: buscan entidades que les presten el lugar (comedores, sociedad de fomento), hacen una preconvocatoria mediante volanteo, puerta por puerta y con megáfono; un día antes, refuerzan la convocatoria. Van el sábado (facilitando de esta manera que la gente lleve a su animal). Las voluntarias buscan los animales de las personas que no pueden acercarse, luego los devuelven a las casas  (esto lo piensan como parte de un proceso educativo y aseguran que se producen cambios porque las familias guardan los teléfonos, llaman, consultan, cuentan).

Como siempre hay animales para castrar, vienen solicitando al Centro de Zoonosis de San Fernando que les otorguen 5 turnos por semana, pero, dado que no lo han conseguido, recurren de manera constante al Centro de Zoonosis de Tigre, donde siempre encuentran un lugar.

En los inicios de su actividad, encontraron mucha desnutrición y sarna. Actualmente consideran que están terminando con esta enfermedad: en cada campaña de castración, además de vacunar contra la rabia, inician el tratamiento contra la sarna. Entregan la medicación para completar el tratamiento y enseñan a utilizarlo. La gente cumple perfectamente! Es decir que han podido comprobar que, cuando la gente es ayudada, responde!

Calculan que hay unos 5000 animales para castrar y advierten que, castrando 20 por semana como lo viene haciendo el Municipio, las cosas van muy mal. Si el Estado Municipal no se pone a trabajar rápidamente, todo lo que ellas han hecho hasta ahora, corre el riesgo de caer en saco roto.

Cada campaña de castración les cuesta $2000. Necesitan voluntarias, medicamentos, alimento, donaciones en efectivo.

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