Osvaldo Giordano habló

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Aunque está en funcionamiento, el 2 de Abril no tiene sus cuentas claras. Autoridades que no son tal, decisiones incorrectas, personajes aterrizados, conductas de barras bravas. Deudas que no se pagan y dinero que desaparece. Intervenciones desafortunadas de funcionarios municipales habrían empeorado situaciones conflictivas dentro de la institución.

 

En general, las instituciones se interesan por tener espacios cubiertos, cerraditos, pero, luego, se encuentran con que no las habilitan porque es necesario tener espacios libres y salidas de emergencia. El Centro de Jubilados 2 de Abril, un día, se topó con esta situación: estuvo cerrado por 2 meses y, cuando se quiso reabrir, los bomberos no le daban la rehabilitación porque no tenían salida de escape.

Fue así que Osvaldo Giordano, presidente de la institución, además de proponer un profesional para que pusiera en práctica las indicaciones de los bomberos, comenzó a averiguar con una inmobiliaria por algún lugar abierto para resolver este problema.

“Conseguimos que nos alquilaran un pedacito de un terreno lindante, pusimos una puerta y pagamos un alquiler. Como el contrato era por 3 años, pensé que, si después ya no querían alquilar más, entonces teníamos que voltear el 30% del centro de jubilados, que era lo que indicaba el informe de bomberos. Eso perjudicaba totalmente al Centro. Entonces empezamos a conversar, llegamos a un arreglo, compramos el local que está al frente del edificio (hoy tiene ropa colgada, como una especie de feria americana). Después seguimos en tratativas por el departamento (pegado al local) y llegamos a un arreglo”, dijo Giordano.

Este departamento tiene un jardincito donde hay una prefabricada y luego una porción más de terreno que pertenece a otro departamento, que es la que linda con el Centro de Jubilados. El 2 de Abril abrió una puerta de escape que da a un pasillo compartido por todos los habitantes del edificio. Actualmente los vecinos están escuchando voces y música los días que hay bailes en el Centro de Jubilados, pues estarían utilizando el espacio libre del edificio de manera indiscriminada. “Eso no estaba permitido”, aclaró Osvaldo. Los vecinos de los alrededores sostienen que no pueden dormir, que escuchan peleas; “son impresentables”, dijo Mariana Funes, abogada que interviene en la venta del departamento, que también es afectada por los ruidos, ya que vive lindando con el edificio y con el Centro de Jubilados.

Como el 2 de Abril ya pagó una reserva por el departamento, las actuales “autoridades” del mismo están ocupándolo, según dicen los vecinos que los ven desde sus ventanas. “Se colgaron de los cables de luz del pasillo, entonces el consorcio está pagando $1000 de electricidad”, dijo Mariana.

 

Un ACV por falta de firma

Aparentemente, el Centro de Jubilados ya habría perdido la seña dada por el departamento, puesto que en las dos ocasiones que se juntaron todos los interesados, vendedores y compradores, para cerrar la venta, la Sra. Norma Faldutti, vicepresidenta de la institución, no quiso firmar. Esto implicaría que el Centro pierda la seña, U$D 55.500, más todos los gastos que esta situación, que ya lleva dos años, ha ocasionado a la vendedora.

Sumado a todo esto, el hijo de la vendedora sufrió un ACV hemorrágico. “En el hospital de Tigre está grabado, los médicos diciendo ‘no lo atendemos porque se muere, no hay nada que hacer’. Tirado en una camilla 24 horas, la familia logró el traslado a Capital, no lo podían operar por la gravedad del derrame. En dos meses ocurrió un milagro y ahora camina”, contó la Dra. Funes.

“La comisión a mí me autorizó a comprar”, explicó Giordano, que quiere arreglar este entuerto para que el Centro no se perjudique. “Los que se han negado a firmar son Norma Faldutti y Patricio Venencio”, aclaró la Dra., “Faldutti exigió que, lo que sobrase después de hacer los pagos de escritura, se deposite a nombre de ella y Venencio, en lugar de que las cuentas estén a nombre del Centro de Jubilados como corresponde. Sólo así iba a firmar. Osvaldo se negó”.

 

Y la plata desapareció

“Hasta que yo me enfermé, en el Centro había orden, disciplina; si alguno se portaba mal, se sacaba, por eso había un vigilante de guardia, de civil”.

Giordano estaba presente en todos los bailes, se quedaba hasta que terminaran, contaba la recaudación, la guardaba. “Faldutti y Patricio hicieron una campaña contra mí, por la ambición de la plata, pero no tienen motivo”. Aparentemente, antes de que Giordano se enfermara, ya estaban levantando firmas, pero “la gente no firmaba, porque lo conocen”, remarcó su esposa.

En el momento que Giordano enferma, Norma Faldutti asume como presidenta provisoria, ya que era la vicepresidenta de esa comisión directiva. “Le agarró el vicio de querer ser la dueña del club”, comentó Osvaldo. “En dos años no presentó las cuentas, no se podía hacer el balance, echaron al contador, nunca rindió cuentas, casi dos años sin saber la plata que había en la caja fuerte”, dijo la esposa de Giordano.

Haciendo cálculos, Giordano estimó que al Centro de Jubilados le quedaban de ganancia unos $45 o 50 mil pesos por mes, por dos años, podemos llegar a la suma de más de un millón de pesos. “No se sabe dónde está la plata”, insistió Giordano.

 

Alguien banca esto

Héctor Miranda era vocal suplente de la comisión que presidía Giordano. “Cuando Osvaldo se enferma, vi todo lo que estaba pasando. Hicieron una reunión en la casa de Faldutti con un tal Rodríguez y un Vizoso, ahí lo destituyeron a Giordano. Después hubo una reunión en la institución y yo le pedí a la Dra. Funes que me acompañara; nos tuvimos que enfrentar con gente que no sabíamos quiénes eran”, sostuvo Miranda.

“Fue una asamblea los primeros días de junio de 2017. Había un señor que nadie conocía, después me dijeron que era abogado, presidió la asamblea, hablaba como si fuese el presidente de la comisión, después hablaron Norma Faldutti y Venencio y se decidió la formación de una nueva comisión. No hubo dos llamados, no se esperó la media hora, no se puso el listado de los socios votantes; los que estaban, no se sabía si eran socios o no. Tomó la palabra un hombre que no se sabía quién era y empezó a asustar a los presentes diciendo que al Centro lo iba a tomar la barra brava de Tigre, que se iba a meter el Municipio, que nunca más se iba a poder entrar, que iba a pasar a ser un lugar de aguantadero. Los pocos socios que había, se asustaron, nadie se animó a decir nada”, contó la Dra. Funes. Después estas personas quedaron bien identificadas: Rodríguez y Luis Vizoso.

Según Miranda, posteriormente hubo una pelea entre Rodríguez y Faldutti y ésta fue echada; lo colocaron a él como presidente, abrió la caja fuerte delante de un escribano, encontrando: dinero (entregado a la vice de ese momento), dos plazos fijo, planos, fotocopia de escritura, documentos varios.

Posteriormente Miranda recuperó el dinero; renovó los plazos fijos junto con la Sra. Mirian Montenegro (la vice). “Recuperamos todo eso y ahora está en una escribanía”.

En este momento el Centro está acéfalo, aunque “la Sra. Faldutti se cree la dueña y anda diciendo que nosotros no podemos entrar más. Yo no quiero ir porque no soy agresivo y además a mí me pegó uno de la Municipalidad que está en Tránsito, que se metió de prepo en el Centro ayudando a Norma”, contó Miranda.

“Los que hicieron todo este lío son Arnedo y Cervetto, juez del Tribunal de Faltas del Municipio, que no quiso recibir a la Dra. Funes”, aseguró Héctor.

La Sra. Faldutti denunció al Centro de Jubilados por ruidos molestos y ahí entró a tallar el Tribunal de Faltas del Municipio. “Alguien en la Municipalidad la está bancando”, dijo Miranda.

Giordano está ofendido porque Faldutti le dice a los viejos asociados: “Giordano se está muriendo”. Un cliente de su guardería abrió los ojos al verlo sentado en su trabajo: “Estoy vivo todavía”, le dijo Giordano.

“En una reunión con Arnedo, en la que estaban Norma Faldutti y Patricio Venencio, me echó de su oficina cuando quise hablar. No me dejó hablar porque a ellos no les convenía lo que yo iba a decir”, explicó Miranda.

El Municipio de Tigre clausuró el Centro de Jubilados 2 de Abril ante la denuncia de ruidos molestos, pero hubiera tenido que “comprobar con elementos de medición que toman los decibeles, con presencia de alguien de la asociación, enviar notificación al Centro diciendo que se comprobó con aparato registrado n° tanto, pero nada de esto se hizo”, aclararon Miranda y Funes.

Actualmente, en el Centro se están haciendo bailes viernes, sábados y domingo. “Faldutti se queda con la recaudación de las entradas y da el buffet a otros. Así se están manejando”, señaló Miranda.

Al bufetero anterior, Jorge, le rescindieron el contrato sin causa, por lo cual le está haciendo un juicio a la institución. “En este momento, el buffet está trabajando transitoriamente porque no tienen habilitación, no tienen libreta sanitaria”, informó Giordano.

“Este Centro está de juicio en juicio, porque la anterior bufetera también le está haciendo un juicio. ¿Y cuándo salimos de todo esto? Por culpa de tres personas, porque la Sra. Lecumberri sabe todo esto”, dijo Miranda.

Osvaldo Giordano aclaró que se comunicó en varias oportunidades con la Sra. Lecumberri para que se pusiera a derecho para no tener problemas. “A la única que no pudo comprar Faldutti, es a Irma, una veterana del Centro”, sostuvo Miranda.

 

¿Feliz año?

“Tomamos la decisión con la Dra. Funes y Miranda de hacer una denuncia a personería jurídica para que intervengan el Centro de Jubilados, que investiguen todo lo que pasó con auditoría contable. Ellos han entregado libros falsos y los originales están”.

Osvaldo Giordano integró muchas instituciones comunitarias, es conocido por todos los antiguos vecinos de Tigre, por eso su esposa está muy preocupada: “Esto no puede quedar así”.

Cerrando la entrevista, Giordano expresó: “Quiero saludar a todos los socios, que tengan un feliz año y que traten de averiguar bien todos los problemas que hay en el Centro de Jubilados y que abran bien los ojos el día que tienen que votar. Es el deseo mío y de toda la comisión que estaba conmigo”.

Héctor Miranda intervino, para aclarar: “Todos menos tres personas, la Sra. Lecumberri, el Sr. Venencio y la Sra. Norma Faldutti”.

Que el buen año sea para los que están limpios de culpa y cargo.

 

Foto: Carta documento enviada por Osvaldo Giordano

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