“Con estas obras estamos preparados para el problema de las inundaciones en Dique Luján”

Hugo Cerrillo está al frente de la Delegación municipal de Dique Luján desde hace un año y medio, y relata cuáles son las distintas funciones que llevan adelante. En particular, siendo esta zona parte del humedal, las obras vinculadas al manejo del agua ocupan un lugar central: realización de zanjeos y desagües, colocación de caños, mantenimiento de terraplenes, uso de bombas y la supervisión de las 65 compuertas constituyen gran parte de las tareas permanentes que realiza la Delegación para proteger al pueblo de las inundaciones, ya sea por intensas lluvias o sudestadas y mareas. Con el trabajo diario de 32 personas, se realiza además la atención al público, se ocupan de la higiene urbana, los movimientos de suelos, la recolección de ramas y la provisión de agua potable en varios barrios, entre otras cosas. Asimismo se están pavimentando numerosas calles en los distintos barrios y se prevé la construcción de dos compuertas hidráulicas. El crecimiento del turismo y su impacto en la economía local.

 

        Cuando asumió, ¿cuáles fueron los principales problemas que encontró?“Al principio estuvimos trabajando con las banquinas que estaban altas. Empecé a bajar las banquinas para que el agua no quedara estancada en la calle, porque los asfaltos no duran nada. Cuando asumí, veníamos de 17, 18 días intensos de lluvias y empezamos a trabajar con los zanjeos, los desagües, y los caños en los cruces de calles, porque Aysa, con las obras, son como los caballos de Atila, por donde pasan no crece el pasto. Rompen y no arreglan. Acá en el pueblo fue un desastre, más allá de que le den agua a dos millones de personas, y de que sea una obra importantísima para todo Tigre y para la región”.

        ¿Cuáles fueron los inconvenientes dejados por Aysa? – “Taparon las zanjas. Había zanjones en la Ruta 26 que estaban tapados y por culpa de eso, se empezó a romper la ruta. Esto data del 2010, y cuando vine en el 2012 ya estaba, y fuimos acomodando todo. Gracias a que cambiamos todos los caños que había que cambiar, no tuvimos agua en ningún punto del pueblo (lluvias intensas del martes 4 de marzo)”.

        ¿Se cambiaron muchos caños? – “Cambiamos 500 caños desde el tiempo que yo estoy. Los cruces de calles ya están todos, a lo mejor alguno nos queda en Rialto, pero son más los cruces de casas, para las entradas de los autos. Compré un nivel óptico y estuvimos haciendo zanjas con los niveles para no errarle. Se marca en los árboles y sabes a cuánto tenés que zanjear, para poner un caño. Y por ejemplo, para las compuertas tenés que tener los caños más grandes y donde menos agua hay, con un caño de 30 ya alcanza”.

        ¿Se ha encontrado colaboración de parte de los vecinos? – “Hay particulares que los compran, en un 40%, y el otro 60% no tienen, no pueden o no quieren; y a veces lo tiene que poner la Municipalidad. A veces es preferible que la Municipalidad haga la inversión y no tener un problema inmediato, porque en la primera lluvia, tenes un despelote. A los muchachos que trabajan conmigo, siempre les digo: “tenemos que tener el pueblo en condiciones para que cuando llueva no se estén mojando”. Si tenes todo en condiciones, no necesitan andar bajo el agua, y podes andar recorriendo con un camión o con la camioneta. Los primeros seis meses andábamos empapados. Estás como el bombero, atrás del fuego. Ese problema está bastante resuelto en un 90%”.

        ¿También realizan tareas de limpieza? – “Limpieza de montículos, de ramas y de bolsas que Transporte Olivos no las levanta porque cada bolsa que está en el suelo, Transporte Olivos no la levanta. Por eso tenemos que ser muy cuidadosos porque si todos los días no haces ese trabajo, te agarra una lluvia como la de anoche y tenés problemas innecesarios”.

        ¿Cuántos camiones tienen para esta tarea? – “Ahora tenemos dos camiones, lo ideal sería tener otro más, y con un sólo camión desde las siete de la mañana hasta las seis de la tarde, es muy difícil hacer los dos pueblos. Aparte, hacemos otros trabajos: poner caños, sacar tierra, poner tierra, arreglar calles. Estamos pavimentando con asfalto caliente pero no tenemos terminadora. Entonces mayormente me subo a la máquina y la desparramo con la máquina y después tenemos un tortón y la vamos acomodando. No queda como el asfalto con el uso de la terminadora pero la gente no pisa más barro”.

        ¿Qué calles están asfaltando y cómo sigue el plan de obras? – “Ahora estamos haciendo la Sarmiento, llevamos 300 metros y nos faltan 150 metros. Hicimos toda la Reconquista, de punta a punta, desde Villanueva hasta Misiones, en Rialto; un pedazo de Chaco y Libertad, en la punta de Reconquista que sale a 25 de Mayo; la calle Santa Fe, en Rialto; todas las entradas de las calles España, Misiones y América – en las entradas es donde decanta el agua y siempre hacen pozos -; Salta, desde 9 de Julio hasta 25 de Mayo y San Martín, desde Villanueva hasta Buenos Aires. Emparchamos toda la Belgrano que después vamos a asfaltar. Acá en La Ñata, hicimos la Avellaneda completa; la Villegas completa, de Rivadavia para el pajonal y de Rivadavia hacia Roca; hicimos Roca hasta Beruti y de Beruti hasta Villanueva; Luis María Campos, desde Rivadavia hasta Saavedra, que es la calle de la iglesia; Luis María Campos, desde Quintana hasta Saavedra, donde la gente no podía salir. Era uno de los lugares más críticos. Y en La Beatriz, hicimos 1500 metros de asfalto, empezamos a 100 metros de la entrada y nos faltan 100 metros para llegar al río”.

        ¿Son asfaltos realizados enteramente por la Delegación, sin la intervención de Obras Públicas? – “Sí, son asfaltos vecinales hechos por la Delegación. Me daban bacheo y no teníamos tantas calles para bachear y encontré que el único material que tenía era ese, y lo aproveché. Empecé tapando pozos y después empecé hacer metros y veía que no se cortaba”.

 

Tarraplenes, bombas y compuertas hidráulicas

        Con relación a los terraplenes que han atajado varias crecidas, ¿se está haciendo un mantenimiento en ellos? – “Al mes y medio que yo estaba (en la Delegación), le decía a los muchachos que tuvieran bolsas de arena preparadas porque si tenes una pérdida grande en un terraplén, con las bolsas de arena lo paras. Le dije a mi Secretario de Servicios Públicos, José Paesani, que iba a necesitar bolsas. Entonces compramos 1200 bolsas. Creo que las traje un viernes y el sábado tuvimos una marea”.

        ¿O sea que realmente sirvieron? – “Sí, gracias a eso no tuvimos agua en el pueblo, sino se hubieran roto varios terraplenes. Había lugares donde el agua nos había pasado por arriba. Apilábamos bolsas y bolsas. Estuvimos tres días y gastamos 1200 bolsas nuestras y le saqué 1600 bolsas a Aysa. Con las bolsas y las bombas, y con la colaboración de los vecinos que te llamaban para avisar, se pudo sobrellevar, y así no tuvimos inundaciones”.

        ¿De todas maneras, se realiza un mantenimiento de los terraplenes? – “A parte de haber arreglado un montón de terraplenes y limpiarlos, como hay muchas filtraciones se me ocurrió usar nylon. Cuando yo trabajaba con las máquinas viales hacíamos ductos y les poníamos nylon para que el agua no te críe filtraciones que después tumban el terraplén. Le pedí a mi Secretario que me consiguiera una retro chica con oruga de goma y la metimos en los canalitos que es donde teníamos el problema, y ya llevamos hechos unos 1500 metros de terraplén con este sistema. Con una máquina que alquila la municipalidad le voy a ir poniendo al resto de los terraplenes un nylon para no tener filtraciones y con el nylon se evita que si la inundación dura cinco, seis, siete días, el terraplén no chupe el agua, y se haga barro. Nosotros nos encontramos con los terraplenes, que era todo privado pero tuve suerte porque fui a golpear las manos y ninguno me dijo que no. Es un tema público que tiene que ver con la seguridad del pueblo. Además creo que este año vamos a poder hacer las compuertas hidráulicas en las entradas del (canal) Azopardo”.

        ¿Cómo serán estas compuertas? – “Van a ser dos compuertas hidráulicas que van abrir, tipo libro. Una va a tener 4,40m, porque tenemos una barcaza que mide 4,10 y la otra va a medir 4 metros. La idea es unir los canalitos para que tenga circulación el agua y no tenga tanta mugre, y para hacer un paseo. Por ahí le pongamos un caño de tres metros y medio de diámetro en San Martín donde casi se unen, y hacer allí un paseo”.

        ¿Las compuertas dónde estarán ubicadas? – “Sobre Buenos Aires, en la entrada. La idea es usar la cota de los paseos. Queremos poner a todo el pueblo en esa cota, porque en algunos lugares está mal alto, en otros más bajo… Si vos tenes la misma cota, el agua ejerce la misma presión en todos lados y cuando pasa, inunda todo, sino pasaría como una catarata. Con todas estas obras estamos preparados para el problema de las inundaciones en Dique Lujan”.

        Esto implica un trabajo diario de control y mantenimiento – “Sí, claro. Tenemos compuerteros, dos muchachos, que cuando baja el río y deja de crecer van a controlar todas las compuertas. Y de eso depende que no nos inundemos. A veces se traba un palo en el agua que circula por adentro de los caños. A veces se tienen que tirar al agua, en pleno invierno. Les compre una botas largas hasta el pecho pero a veces no alcanza”.

        ¿Cómo se complementa el uso de las bombas cuando llueve o hay crecidas? – “Con las bombas, cuando tenemos problemas, cerramos las compuertas y vaciamos el río, entonces aunque llueva toda el agua vuelve al canal, y la vas sacando y no tenés problemas, eso en Dique Luján, y en Rialto con las bombas que tenemos y en La Ñata, lo mantenemos. Tenemos una bomba más en el tractor, que es como un cañón, ahora yo estoy haciendo una pero con dos turbinas para tirar más agua, y con un trineo para que lo podamos poner adonde queramos. Hace un mes y medio hubo una lluvia grandísima con el río alto, y pusimos bombas por todos lados, y entró agua en una o dos casas del pueblo, pero poquito. Los vecinos me regalaron dos bombas, y tengo que armarlas, nada más”.

        Asimismo se observa que no hay mucha conciencia de lo que significa el agua, hay vecinos que construyen a ras del suelo… – “Sí, en los canalitos tuvimos que decirle a los vecinos que levanten el terraplén porque hacían una bajada para los botes, no saben y no se dan cuenta. En el pueblo tenemos la suerte de que nos conocemos todos, y los vecinos vienen y nos avisan cuando algo así pasa”.

 

“El paseo hizo crecer el turismo un 500%”

        ¿Cuántos barrios abarca la jurisdicción de la Delegación de Dique Luján? – “Dique Luján, Villa La Ñata, La Beatriz, Rialto, tenemos desde la Policía para acá y parte de la Italia (la calle de entrada a numerosos barrios del Complejo Villanueva), el barrio San Isidro Labrador. También tenemos que llevarle agua a la gente en todo Villa Elisa, de la calle Viamonte hasta el Automóvil Club, a Arribeños, a la calle Moreno donde está la casa museo de Xul Solar, Punta Canal…”.

        ¿Muchas familias dependen de la provisión de agua de la Delegación? – “Sí”.

        ¿Qué otros problemas observa en el pueblo? – “La tira de perros, la gente que los abandona. Ese problema nos está superando, no le encontramos una solución. Hay dos personas que se los llevan pero… acá en la costa comercial está lleno de perros y es un problema para los comerciantes…”. 

        Zoonosis, además de la castración ¿qué hace? – “Cada dos o tres meses, viene Zoonosis a castrar, pero no alcanza porque tiran y tiran perros. Hay que tomar conciencia de que un perro no es un animal de peluche”.

        ¿Cómo ve el crecimiento del turismo en Dique Luján? – “Muchísimo. No alcanzan los negocios, los restaurantes. Si hubiera cinco más estarían llenos. El paseo (los paseos de Villa La Ñata y Dique Luján sobre el Canal Villanueva) hizo crecer el turismo un 500%. Traen mano de obra, ocupan a la gente de acá. Te doy un ejemplo: en la Fomento de Villa La Ñata, eran cuatro, cinco trabajando de la familia y hace cuatro, cinco meses, me dijeron que tienen 27 personas. En el restaurante de la esquina, Canal García y Villanueva, “La Tía Ñata”, hay 22 personas trabajando, “Elsa” (pizzería) tiene seis personas, acá mismo (restaurant “El campesino”)… Naval Center también creció muchísimo. Lo que falta es hotelería. En la calle Reconquista se está haciendo un complejo de cabañas. El pueblo ha crecido mucho, y realmente el puente (puente hidráulico sobre el Canal Villanueva construido en 2009) trajo un progreso importante, hay un antes y un después”.

Deja una respuesta