Las maestras Rosa María Casariego y Juana Alfonsina Burga fueron recordadas en General Pacheco, donde se encuentra la escultura creada en memoria a las docentes.

El Municipio de Tigre a través de la Subsecretaría de Cultura y junto al Honorable Concejo Deliberante (HCD), realizaron un homenaje para rememorar a las docentes vecinas del Distrito que fueron víctimas del terrorismo de Estado.

En dicho contexto, el presidente del HCD de Tigre, Dr. Julio Zamora, dijo que “la memoria es una forma de resistencia y la democracia es la única manera de construir una sociedad sana y justa para todos. Como gobernantes tenemos la obligación de repasar nuestra historia, para que las actuales generaciones de jóvenes y niños conozcan nuestro pasado y que todos juntos podamos construir un futuro de paz y justicia”.

Cabe mencionar que en el marco de la Semana de la Memoria organizada por el Municipio de Tigre en el año 2011, las ex calles 1 y 2 de Gral. Pacheco recibieron el nombre de Rosa María Casariego y Alfonsina Juana Burga, respectivamente. Ese mismo día también se procedió a descubrir la escultura creada en su honor por la artista plástica Victoria Rodríguez, vecina de El Talar en la intersección de las calles Av. de los Constituyentes y Juana Burga. Asimismo, en el 2008, la ES Nº 14 de General Pacheco fue nombrada “Rosa María Casariego”.

Las autoridades municipales, los miembros de la Unión de Educadores de Tigre y de los gremios docentes CTA, CETERA y SUTEBA colocaron arreglos florales en el pie de la escultura que representa a las maestras homenajeadas.

Miguel Verdi, amigo personal de Rosa María Casariego, agradeció “a esta gestión por generar espacios para la memoria. Yo tuve el honor de conocer a Rosa y fui la última persona que la vio con vida antes de que se la llevaran. Por eso, deseo decirles a los chicos presentes que deben saber que hubo mucha personas que, como ella, lucharon por la democracia por considerarla la mejor traducción de la paz”.

La maestra Rosa María Casariego fue secuestrada el 5 de febrero de 1976, junto a su compañero Luis A. Cabrera y Oscar Echeverría, delegados gremiales de los Astilleros Acquarine y Mestrina. Posteriormente, se encontraron los tres cadáveres, con signos de torturas y acribillados, en un paraje desolado de la localidad de Moreno (Provincia de Buenos Aires).

Alfonsina Juana Burga sentía una gran pasión por la escritura y contaba con un perfil de educadora integral. Fue secuestrada en 1977 y su cuerpo permaneció como NN, hasta que en 1998 pudieron identificarlo en el cementerio de Boulogne.