Pintura para descolonyzar

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Llegar a la reflexión crítica a través de la obra de arte

Santiago Fredes visibiliza en su obra los aspectos más oscuros de la ciudad. Pinta murales y publica historietas para que todos puedan disfrutar de una obra de arte.

 

La carbonilla es uno de los más antiguos materiales utilizados para dibujar; es “sucia” y poco adherente al papel, lo cual facilita la difuminación y, en consecuencia, la posibilidad de crear atmósferas agobiantes, enrarecidas por la contaminación o por lo oscuro y perverso que tiene una gran ciudad.

“Me interesa que la gente pueda ver, en esos lugares por los que pasa a diario, aquello que la cotidianeidad hace desaparecer: una atmósfera enrarecida, algo que Freud definió como lo siniestro. Me interesan las sombras de los objetos, no el brillo que encandila”, manifiesta Santiago Fredes, un pintor tigrense que retrata aquellas cosas “difíciles” de ver.

 

Carbón y pastel

Santiago se define, fundamentalmente, como un dibujante y para caracterizar su obra dice: “Es realismo, porque más allá de la imagen, vengo retratando situaciones locales. Yo pasé mi adolescencia en Córdoba y, cuando volví a estudiar, tuve otro contacto con la ciudad. Me interesó ese tema, la ciudad, y especialmente el conurbano”.

Lo atraen las estructuras de concreto, las estaciones de trenes, las autopistas o sea, los lugares envestidos en hollín. De ahí la estrecha relación entre lo que representa y el material utilizado: “La carbonilla es como si agarrara un trapo con toda la mugre de un túnel y la pusiera en un lienzo”.

En agosto, Santiago presentó sus últimos trabajos que tienen un corrimiento en el espacio retratado y también en los materiales: “Del conurbano pasé a la última frontera de la ciudad que es la expansión urbana sobre terrenos rurales, especialmente los megaemprendimientos en Tigre. En este caso trabajé con pasteles”. Y explica que el pastel tiza es polvoso y tiene el mismo tratamiento que la carbonilla ya que se trabaja con un trapo. “Me gusta porque tiene esa cosa terrosa, relacionada con los corrimientos de tierra que hacen en los countrys”.

Además de un dibujo de grandes dimensiones, presentó fotografías que tomó desde una canoa y otras que bajó de las páginas de los emprendimientos inmobiliarios: “La intención de la muestra es dar a conocer la situación de emergencia que vive el Delta, por eso se hizo en capital. También es una forma de apoyo a vecinos y organizaciones que vienen luchando hace muchos años”.

El proyecto que enmarcó la muestra se llama Hegemonía; con la presencia de otros artistas durará hasta el 2012 y, además del aspecto artístico, también es una herramienta de pensamiento crítico, por eso está acompañada de charlas con invitados especiales. Desde su obra, Santiago hace su aporte: “El urbanismo que aquí se da es avasallante, no tiene en cuenta el subsuelo humano, que es un tejido que tarda mucho en formarse. Al urbanismo no le importa, por eso puede hacer una autopista y dividir a un barrio. Ellos rompen lazos y con mi obra, yo trato de fomentar los lazos humanos”.

 

Ultramundo

Desde hace 5 años, Santiago edita – junto con Pedro Mancini y Darío Fantacci – la revista de historieta Ultramundo. Sale con una periodicidad anual, o casi, por lo cual las historias son cerradas; la mayoría de los relatos son mudos, “lo que permite detenerse un poco más en cada dibujo”, explica Santiago. Tiene algo de suspenso, terror, misterio.

La publicación fue creciendo en páginas, “de 40 pasamos a 150”, y también en colaboradores: “En breve sale el número 6 y somos unas 10 personas”.

Además de que les da “muchas satisfacciones”, este proyecto tiene una fuerte apuesta socializante: “Lo bueno que tiene la historieta es la circulación, bien distinta al cuadro que necesita un lugar específico de exposición. Además tiene un precio accesible a todos. Algo similar pasa con el mural que está en la  vía pública y lo puede ver todo el mundo”. Y justamente Santiago forma parte del equipo de muralistas de San Fernando.

Hay gente que pinta para ser famosa, otros pintan para transformar la realidad. Santiago Fredes es uno de ellos.

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