El CELS y vecinos de “Garrote” a la justicia por Venice

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        El organismo anticipó que se realizará una presentación judicial para conocer el impacto que tendrá la construcción de VENICE, sobre Villa Garrote y sobre todo el Delta de Tigre. Es ante la falta de respuestas por parte del gobierno municipal. Se reclamarán obras para evitar las inundaciones, un plan específico para las necesidades urgentes y la regularización de la recolección de residuos. “Debemos trabajar para que estos reclamos no se conviertan en imposibles” afirmaron desde la entidad.

        En un nuevo encuentro con vecinos del barrio, Pablo Asa, integrante de los equipos técnicos del CELS, comentó la percepción sobre la situación del barrio. Luego de la recorrida inicial, semanas atrás, hicieron énfasis en la necesidad de una respuesta por parte del gobierno municipal. En el mes de marzo, el organismo realizó un pedido de informes al intendente Julio Zamora, que todavía no tuvo respuesta.

        «Ahora soy perjudicada cuando llueve, antes sólo cuando subía la marea», se refirió Laura, una vecina, en medio del debate por la potenciación de las inundaciones desde el inicio de la construcción del Venice. Al respecto, el equipo técnico del CELS, comentó: «El objetivo es la presentación por parte de las autoridades municipales y la empresa constructora, de un «Informe de Inundabilidad», que determine concretamente los perjuicios de la construcción de Venice. Otro de los objetivos de las acciones es lograr la implementación de un Plan Hidráulico pensado para mitigar los efectos producidos por la construcción del barrio».

        Marcela, otra de las vecinas, se refirió a la voluntad de sumar a las organizaciones ambientalistas a este reclamo: «así como pasó con el Colony Park, tenemos que convocar a todos los sectores sociales. Acá no solo se perjudica a Garrote, también se perjudica al Delta que es un humedal» comentó, recordando el caso del barrio privado en Islas, que en pleno proceso de construcción fue frenado por el impacto negativo que iba a tener sobre el medio ambiente.

        «Estamos llevando adelante, con el trabajo de las cooperativas de Argentina Trabaja, la instalación de desagües y cloacas, y mejoras habitacionales para las familias de Garrote, pero acá tienen que trabajar todas las áreas con responsabilidad directa», afirmó Fernanda Orlando, arquitecta del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, también presente en la reunión.

        El problema de la basura como foco de enfermedades también fue parte de las acciones planteadas. El equipo técnico reflejó la necesidad de que exista «un sistema de recolección permanente de basura», y así evitar los basurales que se forman entre las casas y en el ingreso a Garrote.

        Asimismo, Gustavo Piantino, Jefe de Bloque de Concejales del FPV Tigre y la concejala Roxana López, emitieron un mensaje formal al intendente Julio Zamora, adhiriendo a la solicitud del CELS. Desde el espacio transmiten la intención que se trate el tema en próximas sesiones del Concejo Deliberante. En el mensaje, piden de forma inmediata, que el municipio de respuesta a efectos de evitar que se repita lo que ya ha sucedido numerosas veces en el distrito, que los desarrollos inmobiliarios de gran envergadura tengan impacto negativo sobre barrios populares lindantes a los mismos.

        Finalmente, se reiteró el apoyó al pedido de la Comisión por la Memoria de la Zona Norte, de respetar el espacio para la Memoria de ASTARSA, el antiguo astillero naval, emblema de la lucha de los trabajadores en la zona norte. «Es esencial respetar esta área para que los familiares tengan un espacio para homenajear y lograr que todos los vecinos conozcan la historia» dijeron desde la Comisión».

        Villa Garrote es la expresión de las políticas de exclusión de Tigre, la falta de agua potable, desagües y cloacas, son un problema real que necesita soluciones concretas. Los vecinos del barrio nucleados en organizaciones políticas, sociales y cooperativas, plantean un mismo reclamo hace varios años, que se atienda al barrio y a las más de 800 familias que allí viven.

Hoy la lucha es evitar un perjuicio con la construcción de Venice, la comunidad está organizada y el Cels está comprometido a colaborar con los vecinos, para encontrar a través del trabajo conjunto, soluciones a los problemas puntuales y a las demandas y postergaciones de un barrio que solo desea mejorar.

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